Coldplay conquista Barcelona con su explosión de color y buen rollo
55.000 personas se rindieron anoche ante Coldplay en el primero de sus dos conciertos en Barcelona para presentar su nuevo trabajo A Head Full Of Dreams. Un increíble espectáculo lleno de color en el que no faltaron los fuegos artificiales, el confeti y los cañones de luz que hicieron vibrar a un público totalmente entregado.
Con 25 minutos de retraso debido a una organización un tanto caótica para acceder al Estadi Olímpic de Barcelona empezaba a sonar el fragmento de O mio babbino caro de Maria Callas, que da el pistoletazo de salida a todos los conciertos de Coldplay en su nueva gira. Después aparecieron por las pantallas unos vídeos de fans de todo el mundo proseguido por un discurso de Charles Chaplin extraído de la película El Gran Dictador.
Tras esta introducción las 55.000 pulseras repartidas a la entrada del concierto se iluminaban en rojo para dar la bienvenida al grupo al ritmo de A Head Full Of Dreams, canción que da nombre a la gira y a su último disco. Y empezaron por todo lo alto: fuegos artificiales y cañones de confeti fue la forma de la banda de devolver el saludo a un público completamente entregado desde el minuto uno.
A continuación las pulseras se volvieron amarillas con las primeras notas de Yellow, uno de lo temas más míticos de la banda y más reclamado por los fans. A continuación Chris Martin se lanzó a la pasarela con la bandera de Cataluña atada a la espalda para continuar con Every Teardrop Is A Waterfall para continuar con la emotiva y aplaudida The Scientist.
Otro momento álgido de la noche fue cuando cambiaron de escenario al centro del estadio para montar una verdadera fiesta de color con Paradise, para la que incluyeron la base del remix de DJ Tiësto mientras toda la marea formada por el público no paraba de saltar alzando las pulseras que iban cambiando alternativamente de color.
Chris Martin no paró de interactuar con el público hablando en español en prácticamente cada canción y agradeció a los asistentes que estuvieran allí, ya que es consciente de lo que cuesta comprar una entrada para este tipo de conciertos.
Con Everglow, el escenario central se inundó literalmente de color con unas proyecciones que parecían caer desde el cielo, seguida de Ink y Magic para volver al escenario principal y desatar, aún más, la euforia con lasers, lluvia de confeti para Clocks y Charlie Brown y culminar con llamas de fuego con Hymn for the weekend, en la que sonó la voz de Beyoncé grabada a coro con Chris Martin.
Tampoco olvidaron la conmovedora Fix You y la coreada Viva La Vida; ni a los fans que estaban en las últimas filas, ya que había un tercer escenario al final de la pista en el que tocaron Don't Panic y See Your Soon.
La recta final llegó con Amazing Day, la esperada A Sky Full Of Stars con otra explosión de confeti y luces para acabar con castillos de fuegos artificiales con Up&Up, su nuevo single en el que proyectaron su increíble videoclip en la pantalla principal.
De esta manera culminaron dos horas de directo que fueron mucho más que un concierto, los 55.000 asistentes vivimos un increíble espectáculo audiovisual y una conexión con la banda haciendo de la pasada noche un recuerdo inolvidable.