Una mujer muestra los peligros del mal uso del bótox
Rachael Knappier se inyectó bótox en el lugar equivocado y una reacción a la sustancia, unido a la mala praxis del procedimiento, casi provoca que pierda su labio superior.
Contratar tratamientos estéticos en lugares no certificados puede tener graves consecuencias. Existen numerosas pseudoclínicas y pseudoexpertos que prometen pequeñas intervenciones estéticas a buen precio. Sin embargo, al no utilizar los métodos ni productos adecuados, pueden surgir grandes inconvenientes.
Eso fue lo que le pasó a la joven Rachael Knappier, una joven de 29 años que decidió ponerse bótox después de acudir una 'Fiesta del Bótox', es decir, una pequeña reunión con el supuesto experto para contratar sus servicios e inyectar la sustancia en ese mismo momento. Aunque Rachael solo pretendía ponerse un poco de esa sustancia en la frente para tapar algunas arrugas, finalmente la convencieron para ponérselo en los labios.
Según publica Toronto Sun, ahí fue cuando las cosas comenzaron a ponerse feas. Tras inyectarse el bótox, la boca de la joven se hinchó y sus labios parecían colapsados. La sustancia había obstruido una vena principal de sus labios y el suministro de sangre no llegaba a la boca, tal y como se puede comprobar en las imágenes que ella misma compartió en Facebook. Sufría necrosis.
Cuando se produjo esta reacción, Knappier entró en pánico y llamó a la persona que se lo había inyectado, que la recomendó que acudiera rápidamente a un hospital, donde procedieron a extraer el líquido de manera inmediata. Podría haber perdido su labio posterior de no ser por la rápida actuación de los médicos.