Adele se sincera sobre su divorcio y sus problemas de salud mental: "Fue devastador"
La llegada de 30, el nuevo disco de Adele está muy próxima y, semanas antes de su estreno, la cantante británica no deja de sincerarse sobre su inspiración para este nuevo disco: su "devastador" divorcio.
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Adele está de vuelta y tiene muchas ganas de contar todo lo que ha pasado durante estos cinco años de ausencia musical. Y es que la cantante ha tenido que lidiar con muchos problemas en este tiempo, mientras componía 30, su nuevo disco.
En su entrevista con la revista Rolling Stone, la británica ha querido sincerarse sobre su divorcio de Simon Konecki, con el que se casó en 2011, y sobre la dura batalla que ha librado durante los últimos meses para hacer frente a los problemas de salud mental que le ocasionó la ruptura con su exmarido.
"Me entristeció mucho que mi matrimonio fracasara", explicaba Adele. "Tener a tantas personas que no conozco enterándose de que no pude hacer funcionar mi matrimonio fue devastador, estaba muy avergonzada. Nadie me hizo sentir así, pero yo sentí que no había hecho un buen trabajo", rememoraba.
Su peor momento
La ruptura con su Konecki salió a la luz el Viernes Santo de 2019 y, durante estos primeros días, tuvo que lidiar con sus problemas de ansiedad y depresión, que finalmente consiguió superar.
Durante estos meses, Adele también ha tenido que hacer frente con las preguntas de su hijo Angelo, de 9 años, al que va dedicado este último disco. Así, asumir su papel como madre soltera tampoco ha sido fácil para Adele y se vio superada muchas veces por esta situación.
Su separación y el acuerdo de custodia compartida que firmó con su expareja hizo con la artista británica tuviera que pasar muchas noches sola. Durante este tiempo, la cantante tuvo que hacer frente con ese "tsunami de emociones" que llevaba semanas sufriendo, quedándose varios días en la cama "viendo Los Soprano".
La celebración de su cumpleaños, en mayo de 2019, fue también un punto de inflexión. Tras pasar varias malas noches, ese día Adele se sintió muy positiva después de pasar una gran noche junto a sus personas más allegadas. Sin embargo, la realidad acabó golpeándola a la mañana siguiente.
"Recuerdo que subí las escaleras, me desmaquillé y me metí en la cama. Me sentí bastante esperanzada. Fue la primera vez tras mi divorcio que había tenido una noche realmente agradable y que estaba bien estando en casa y yendo sola a la cama. No estaba emocionada, pero estaba deseando que llegara el día siguiente", recordaba Adele.
No obstante, las cosas no fueron como la cantante había planeado: tras pasar la noche, fue incapaz de levantarse de la cama y se quedó todo el día viendo la tele, "en lugar de mantener mi cabeza ocupada como sabía que había que hacerlo".
Dedicada a conocerse a sí misma
Fue entonces cuando la cantante se dio cuenta de que debía hacer algo para revertir esta situación: "Decidí lanzarme de cabeza a cualquier cosa que pudiera calmar mi ansiedad". Así, Adele decidió comenzar a viajar alrededor del mundo, aprovechando para visitar Jamaica, Grecia y un desierto en Arizona, donde descubrió que era intolerante al gluten y que uno de estos efectos secundarios podía ser la depresión.
Además, durante este tiempo, Adele también ha tratado de conocerse a sí misma para asimilar mejor todo lo que vivió durante esos difíciles meses. Con ello también venía un espectacular cambio físico, con más de 45 kilos perdidos. "Me hice adicta al gimnasio. Me di cuenta de que si podía transformar mi fuerza y mi cuerpo de esta manera, seguramente podría hacerlo con mis emociones, mi cerebro y mi bienestar interior. Eso fue lo que me impulsó", aseguraba la artista.