Una amistad especial: la historia de la relación de María del Monte e Isabel Pantoja
En los 90 del pasado siglo, la amistad entre María del Monte e Isabel Pantoja ocupó cientos de titulares en la prensa del corazón. En aquellos años, las dos folclóricas se volvieron inseparables y la cantante de sevillanas, convertida hoy en un icono LGTBIQ+, se convirtió en una más de la familia Pantoja, madrina además de Chabelita. Por qué terminaron la relación las dos amigas sigue siendo un misterio del que las protagonistas jamás volvieron a hablar.
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Es una de esas portadas que han hecho historia en la prensa del corazón.
A mediados de agosto de 1995, las revistas Diez Minutos y Lecturas cedieron el protagonismo de sus ediciones semanales a unas divertidas y concluyentes fotografías de Isabel Pantoja y María del Monte que confirmaban la estrecha relación de amistad entre ellas, de la que tanto se hablaba y se especulaba en ese momento.
En las instantáneas, las dos cantantes, entre risas, juegos y complicidad, disfrutaban de una jornada de sol y baño en las playas de Cádiz. Pero una foto fue la que despertó mayor curiosidad: la de las dos folclóricas saliendo del Atlántico de la mano tras disfrutar de las olas y el agua.
Una más en la familia Pantoja
Por aquel entonces, María del Monte e Isabel Pantoja eran dos de las artistas más populares de nuestro país. La primera era conocida como ‘La reina de las sevillanas’, desde que en 1985 su canción Cántame se convirtiera en un súper éxito más allá de Andalucía. La segunda, considerada ‘La viuda de España’ después del dramático fallecimiento de su marido, Paquirri, en la plaza de toros de Pozoblanco, era la tonadillera con más éxito tras regresar a los escenarios con el álbum, Marinero de luces, un sentido homenaje al torero que perdió la vida la tarde del 26 de septiembre de 1984 a los 36 años, dejando viuda y tres hijos —dos de ellos fruto de su matrimonio con Carmen Ordóñez—.
La relación entre las dos artistas despertó el morbo en aquellos años. Más cuando, como consecuencia de ello, la periodista Encarna Sánchez, la que fuera durante un tiempo inseparable de Pantoja, comenzase una encarnizada guerra contra la tonadillera y su nueva amiga desde los micrófonos de su programa en COPE, por celos y despecho.
Desde que se hicieron públicas las fotografías de esa relajada jornada playera, las dos amigas decidieron no esconderse —aunque nunca se pronunciaron sobre ello— y además de ser cómplices desde el punto de vista profesional, compartieron viajes, salidas, vacaciones e incluso proyectos familiares.
En octubre de 1995, Isabel Pantoja decidió volver a ser madre y formalizó la adopción de Isa Pantoja —Chabelita— en Perú. El papel de la cantante de sevillanas fue fundamental en esa nueva maternidad, tanto que la tonadillera decidió que ella fuese su madrina y, como tal, ejerció hasta que la amistad entre las dos se rompió.
"Es una persona que he querido un montón. Mal recuerdo no tengo, pero perdí el contacto con ella hace muchos años", reconocía Isa Pantoja en un programa de televisión asegurando que desconocía los motivos por los que la amistad se había roto. También el hijo mayor de Isabel Pantoja, Kiko Rivera, confesó públicamente tener mucho cariño a María del Monte, a la que llama cariñosamente ‘nana’.
Más de diez años después, los hijos de Isabel Pantoja decidieron recuperar la relación con su madrina, y Chabelita y María del Monte protagonizaron un emotivo reencuentro en la televisión.
María del Monte, referente del colectivo LGTBIQ+
Desde que se separaron, las vidas de las dos artistas siguieron sendas muy diferentes. En 2003, Isabel Pantoja comenzó una controvertida relación con el que por aquel entonces era alcalde de Marbella, Julián Muñoz, que abandonó a su mujer, Mayte Zaldívar por ella, y que la llevó a sentarse en el banquillo. En 2006, el regidor fue sentenciado a veinte años de prisión por malversación pública y cohecho continuado; la tonadillera también cumplió una condena de dos años en la cárcel de Alcalá de Guadaira por blanqueo de capitales.
Por su parte, María del Montecontinuó con su carrera y su vida personal pasó a un segundo plano mediático; ella vivía centrada en su familia y en los suyos. En 2018, la reina de las sevillanas inició una difícil etapa vital: a la muerte de su padre ese año le siguieron las de dos de sus hermanos en menos entre 2020 y 2021, y finalmente, en agosto de 2021, falleció su madre.
De aquel triste periodo, del Monte supo renacer y en 2022 vivió uno de los momentos de máxima popularidad cuando el 23 de junio de 2022, durante el pregón de la fiesta del Orgullo en Sevilla, hizo pública su orientación sexual y presentó a su novia, la periodista Inmaculada Casal, con la que llevaba saliendo más de 23 años.
"Quiero que sepáis, antes de bajarme de aquí, que soy una persona más de todos los que estamos aquí y de todos los que forman parte del mundo", desveló durante su intervención antes miles de personas en La Alameda de la capital andaluza. "Y que, por supuesto, mi pareja esta noche, esta tarde, está aquí", descubrió para delirio del público.
El 23 de octubre de ese mismo año, la pareja decidió formalizar su relación y se casó por lo civil en el Hotel Querencia de Sevilla.
A sus 62 años, María del Monte está felizmente casada y parece tener una vida plena, solo enturbiada por el robo que sufrió en su propia casa y en el que presuntamente estaría implicado su sobrino, Antonio Tejado.
Lo llevó regular
Isabel Pantoja nunca jamás ha hablado de aquellos años que compartió con María del Monte. Y María, aunque tampoco ha querido profundizar en esa época de su vida junto a Pantoja, sí que ha hecho alguna que otra mención a esos años en los que las folclóricas fueron inseparables.
A Jordi Évole le reconoció que todo aquello lo vivió "regular". "Hasta entonces vivía con un desconocimiento absoluto hacia ese mundo. Había vendido muchos discos, tenía muchísimo trabajo, pero jamás había tenido a fotógrafos persiguiéndome. Lo llevé como pude, cambió mi tranquilidad. Mi libertad". Pero tanto interés despertó la relación entre las dos cantantes que, según confesó, le llegaron a ofrecer hasta 300.000 euros por hablar de su vida privada, cosa que nunca ha estado dispuesta a hacer.