Belén Cuesta, de cajera y camarera a ganar un Goya gracias a su talento, su esfuerzo y Los Javis
En los últimos años Belén Cuesta ha conseguido el reconocimiento como actriz que tanto esfuerzo le ha supuesto. Sus padres le dijeron que intentase ser la mejor cuando llegó a Madrid, ciudad donde compaginaba las clases de interpretación con un trabajo primero de cajera y luego de camarera. El esfuerzo de aquellos primeros años valió la pena cuando levanto el Goya a Mejor actriz por La trinchera infinita.
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Se fue de Málaga con el sueño de ser actriz y llegó a Madrid para cumplirlo. Sus padres la animaron a intentar ser la mejor costase lo que costase, y en cierto modo Belén Cuesta lo ha conseguido.
Es una de las actrices más reconocidas del panorama nacional y en 2020 se llevó el Goya a Mejor actriz protagonista por su trabajo en La Trinchera Infinita, antes había estado nominada en dos ocasiones: a Mejor actriz de reparto por La Llamada (2018) y a Mejor actriz revelación por Kiki, el amor se hace (2017).
Unos comienzos difíciles como cajera
Como si de una comedia romántica se tratase, Belén Cuesta ha visto cómo sus sueños se han cumplido a base de paciencia y esfuerzo. "Cuando me viene a Madrid, me busqué un trabajo de cajera y luego ensayaba, a veces hasta la una o dos de la mañana", contó la actriz a MujerHoy, donde también habló del apoyo que sus padres le han brindado desde siempre, incluso cuando las fuerzas flaqueaban.
"En mi caso hubo un momento en el que no podía más y dije que me volvía a Málaga y fue mi familia quien me dijo: 'De eso nada. Insiste, aguanta'. Y ¡gracias!", aseguró a la revista, agradecida porese respaldo familiar en pleno arrebato. "Todo esfuerzo tiene al final recompensa, pero lo difícil es aguantar", añadió.
Camarera con Javier Ambrossi
Para poder pagarse las clases de interpretación, Belén Cuesta trabajó como camarera en un conocido restaurante de Malasaña, Válgame Dios. Allí conoció a Javier Ambrossi, hermano de Macarena García y pareja de Javier Calvo, que también servía copas detrás de la barra.
Las noches de tajo forjaron entonces una amistad que soñaba con flashes y alfombras rojas. Los Javis veían en ella un talento muy prometedor y Ambrossi le prometió que le escribiría un papel que le cambiaría la vida. Y así fue. Ese papel fue la hermana Milagros del musical La llamada, que luego llevarían a la gran pantalla y por el que se llevó una nominación al Goya.
Sin financiación pero con mucho entusiasmo, Javier Calvo y Javier Ambrossi escribieron ese musical que comenzó en el Hall del Teatro Lara y que a día de hoy continúa llenando butacas.
Ninguno de ellos se esperaba que la historia de la Hermana Milagros, una monja que dudaba de su sexualidad, iba a despertar tantas pasiones. "¡Todo era tan surrealista! Lo hicimos por puro amor al arte, ensayábamos en un garaje, los padres de Los Javis nos llevaban táperes con filetes empanados para comer", dijo en esa entrevista.
Una brillante actriz de comedia
De monja en La Llamada pasó a ser Magüi, la entrañable secretaria de Paquita Salas en la serie homónima, creada también por Los Javis para Flooxer sin saber que el éxito de público les llevaría a escribir dos temporadas más, esta vez para Netflix.
A partir de ahí comenzó un periplo por las principales comedias españolas. Participó en Ocho Apellidos Catalanes junto a Clara Lago y Dani Rovira, Paco León la dirigió en Kiki, el amor se hace, estuvo en El Pregón con Andreu Buenafuente, luego hizo la adaptación al cine del musical que habían creado sus amigos sin grandes pretensiones y más tarde llegó La trinchera infinita, su primera papel en un drama por el que se llevó el Goya a Mejor actriz.
La película de La Llamada ganó en su añoo el Goya por Mejor Canción Original, escrita e interpretada por Leiva.
En 2020 fichó por la cuarta temporada de La Casa de Papely vuelve a estar en la quinta que llega en 2021.
El drama le valió un Premio Goya
Los años de carrera y su pasión por la interpretación le han dado una versatilidad a la hora de actuar que la ha llevado a conseguir un premio Goya a Mejor Actriz por su papel en La Trinchera Infinita, donde interpreta a Rosa, la esposa de un matrimonio republicano que tuvo que ocultarse durante 30 por miedo a ser fusilados por los franquistas.
Aunque no es muy dada a compartir sus intimidades en público, los papeles que asume la actriz nos ayudan a explorar, desde lejos, su mundo interior. Belén Cuesta confiesa que tiene tantas facetas como sus personajes. "Yo soy superllorona, soy muy sensible y dramática, pero también soy muy payasa y me gusta pasármelo bien... Y a veces incluso me cabreo", dijo a MujerHoy.