El día que Ozzy Osbourne mordió la cabeza de un murciélago en un concierto
La anécdota de Ozzy Osbourne mordiendo la cabeza de un murciélago en pleno concierto es una de las más populares entre los fans del artista y del heavy metal, aunque no existe una única versión en torno a un momento que se ha recreado incluso en la película Little Nicky.
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El fallecimiento de Ozzy Osbourne ha dejado huérfanos a los fans del heavy metal, que se han deshecho en despedidas en redes sociales hacia el vocalista de la legendaria banda Black Sabbath.
Una pérdida que ha sorprendido a muchos de sus fans, sobre todo tras la actuación que llevó a cabo el pasado 5 de julio en el concierto de despedida del grupo, llevado a cabo bajo el nombre Back to the Beginning, en el estadio Villa Park de su ciudad natal de Birmingham.
Muchos seguidores están recuperando algunas de sus mejores canciones, tanto con Black Sabbath como durante su carrera en solitario, y anécdotas, destacando la de la noche del 20 de enero de 1982, cuando mordió la cabeza de un murciélago en pleno directo en el Auditorio Veterans Memorial de Des Moines.
Varias versiones para un mito del rock
Para contextualizar la situación, hay que recordar que Ozzy Osbourne acababa de comenzar su carrera en solitario tras haber sido expulsado por el resto de miembros de Black Sabbath por su excesivo consumo de drogas y alcohol. Una expulsión que el cantante califico de injusto, afirmando que "todos éramos igual de malos", aunque es cierto que tuvo un muy notable éxito a pesar de alejarse de la banda que fundó.
En esta etapa, Ozzy Osbourne llevaba ya dos meses de gira el 20 de enero de 1982, presentando su segundo álbum en solitario, Diary of a Madman, cuando el tour llegó a la localidad de Des Moines (Iowa). Unos shows que ya contaban con su buena dosis de leyenda, ya que se había instaurado una tradición en ellos, con el cantante lanzando trozos de carne cruda y partes de animales, incluyendo intestinos e hígado.
Una puesta en escena ampliamente respaldada por el público, que también quería participar de este ritual metalero junto a su ídolo. Así, durante el concierto, un murciélago acabo sobre el escenario y Ozzy Osbourne no dudó en llevárselo a la boca y morder su cabeza.
En la autobiografía del cantante I Am Ozzy, publicada en 2010, dejó plasmado que "de inmediato sentí que algo andaba mal. Muy mal. Al principio, sentí un líquido cálido y pegajoso en la boca (...) Luego, la cabeza se me retorció". "Alguien lanzó un murciélago. Pensé que era de goma. Lo recogí, me lo metí en la boca y le di un mordisco", explicó en el libro, indicando el momento en el que se percató de la situación: "Oh, no, es real. Era un murciélago vivo de verdad".
Una versión que matizó durante una entrevista con la BBC en 2006, en la que aseguró que pensó "que era uno de esos murciélagos de broma de Halloween porque tenía una cuerda alrededor del cuello". "Le di un mordisco y miré a mi izquierda y Sharon (Osbourne, su esposa y manager) decía (gesticula un "no"). Y yo le pregunto, ¿de qué estás hablando? Ella dice: Es un murciélago muerto de verdad. Y yo: ¡Ya lo sé!", recordó en aquel momento.
La leyenda que se generó en torno a este momento hizo que incluso el periódico local Des Moines Register encontrase al autor del lanzamiento del murciélago al escenario, Mark Neal, que también aportó su granito de arena a la historia. Tal y como explicó al medio, él tenía 17 años cuando se celebró el concierto y decidió llevar al mamífero al show porque hacía dos semanas que su hermano menor lo había traído a casa y, desgraciadamente, no había sobrevivido. Unas declaraciones que contradicen al artista, ya que según este testimonio el murciélago estaría muerto en el momento del mordisco.
Sea como sea, lo cierto es que se trata de una de las anécdotas más populares entre los fans del heavy metal y que ha llegado a recrearse en la película Little Nicky, donde el mismísimo Ozzy Osbourne ironiza con el recuerdo del suceso frente a Adam Sandler.