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Henar Álvarez: sus inicios en el humor, su tanatofobia, su fantasía sexual y los problemas de su parto

Conoce de cerca a Henar Álvarez, una de las humoristas más grandes de España que no para de cosechar éxitos personales y profesionales y que, todo lo que hace, va en sintonía con los valores feministas.

Henar Álvarez: sus inicios en el humor, su tanatofobia, su fantasía sexual y su hijo | GTRES

Europa FM

Madrid11/02/2024 20:02

Guionista, escritora, directora, cómica y madre. Henar Álvarez es una mujer todoterreno.

Ganadora del Premio Forbes 2023 a mejor podcaster, cuenta con su propia gira humorística Buenisimo Show, junto a sus compañeros del programa de radio Buenisimo Bien, con el que llegaron a actuar en Londres frente a más de 1.000 personas a las que conquistó con su personaje de la chochoctora y colabora con los podcast Estirando el chicle y 2 rubias muy legales.

Sus inicios en el humor

La humorista madrileña estudio Comunicación Audiovisual en la Universidad Rey Juan Carlos, y empezó a ganarse la vida como guionista en la televisión nacional, pero la vida terminó llevándola por otros derroteros: ahora es una de las grandes referentes dentro del humor femenino en España, y sus proyectos siempre se ven desde el punto de vista del feminismo y la perspectiva de género

Pero en su vida profesional ha hecho de todo un poco: desde presentar programas como Días de cine, a fundar su propia revista, trabajar como redactora de vídeo en Vanity Fair o ser una de las protagonistas del podcast Buenisimo Bien junto a Quique Peinado y Manuel Burque.

Pero si pudiese dejarlo todo y dedicarse a una sola cosa, escogería la escritura. En 2020 estrenó su primera novela gráfica, La mala leche, sobre la maternidad, y el 6 de marzo sale a la venta Ansia, su primer novela, que "tarta sobre las relaciones de poder, la suerte y el coraje que da creer que tienes razón" y "la sexualidad femenina y como se castiga".

Su latente tanatofobia

Henar se basó en sus propias experiencias para escribir su comic, y la protagonista era hipocondríaca. Cuando acudió al programa Las Uñas de Sindy Takanashi, la entrevistadora le preguntó si ella lo era, y esta le respondió que, a raíz del covid y la pandemia, se dio cuenta de que su problema era otro: tiene tanatofobia.

"Siempre pensé que era hipocondría, pero no, es miedo a la muerte inminente, por eso siempre que he tenido miedo pensaba que eran enfermedades mortales y me estaban llegando en un momento crítico. Me empiezo a rayar y me creo que me queda una semana de vida, empiezo a buscar en internet...", contó a la presentadora.

La invitada explicó que es exactamente lo que le aterraba de la muerte: "Creo que es una cosa bastante egocéntrica, me da cosa desaparecer, dejar de existir [...] Hay algo en esto que no puedo soportar".

Su fantasía sexual

En su paso por Las Uñas, la guionista habló de una de sus grandes fantasías sexuales que nunca va a poder cumplir: que su pareja mamase de su leche materna tras quedarse embarazada. "Anda que no voy a tener más hijos y me has dejado a dos velas con una fantasía sexual", le dijo.

Solo tiene un hijo y no quiere volver a ser madre, así que no podrá cumplirla, pero le encantaría que existiesen unas pastillas que generasen leche para poder vivir ese momento que en su día no pudo.

Los problemas de su parto

Henar es madre de un niño de seis años. A veces la humorista comparte instantes junto a su hijo y aseguró que se le daban muy bien los juegos de memoria.

Pero su parto fue toda una pesadilla hecha realidad. Como buena cómica intentó camuflarlo en forma de chiste en sus monólogos, pero la realidad es que estaba intentando superar el trauma que le generó.

Álvarez contó que le pusieron la epidural en contra de su voluntad, pues ella quería sentir en todo momento para que no se le rajase la zona perianal.

Finalmente, tuvieron que hacerle una cesárea y cuando se despertó de la anestesia se habían llevado a su bebé a un nido, donde se encontraba con su pareja. La primera vez que vio a su bebé fue en una foto y se puso muy triste porque pensaba que era un poco feito.

Posteriormente, tuvo una mastitis "galopante", como ella la denominó: se le obstruyeron los conductos de la leche y tuvieron que "ordeñarla" en el hospital, donde estuvieron una hora con cada pecho.

Asimismo, una vez regresó a su casa, los comentarios que le hicieron sobre su físico le afectaron mucho: la podcaster engordó 20 kilos, de los cuales perdió 16 en un mes porque se obsesionó con recuperar su físico. "Me puse a hacer abdominales y se me podrían haber saltado los puntos", contó.