HABLEMOS DE DIVAS

Mónica Naranjo, la artista que "olía demasiado a gay"

Primero, la catalana tuvo que encumbrarse como artista en México. Solo después de eso y de un primer disco que fracasó en su país natal, llegó su reconocimiento en España, donde le costó calar por "estridente, macarra y diferente". Su posterior consolidación como icono pop y diva de divas en los años 90 es historia, y el periodista Juan Sanguino lo recoge en su libro Apriétame más fuerte.

Mónica Naranjo, en la presentación de su último disco. | Gtres

Europa FM

Madrid22/05/2023 19:34

"Tuvo que inventarse una vida para triunfar", contó Juan Sanguino en nuestro morning 'Cuerpos especiales' el pasado 16 de mayo. El autor del recién publicado libro Apriétame más fuertehabla de la artista Mónica Naranjo y del año que la misma "desató un millón de chonis, maricas y marujas", como reza el subtítulo.

Más allá de la biografía de la artista, se trata de un "ensayo sociocultural sobre el impacto que tuvo el disco Palabra de mujer en la sociedad española y en el colectivo gay, la cultura de extrarradio, de cómo eran públicos tradicionalmente ridiculizados por la élite cultural del momento".

Un estudio de cómo una minoría marginada se vio a sí misma empoderada y vestida de una fuerza cultural rupturista para el momento. "Era una cosa muy importante que estaba pasando ahí y a la que nadie prestaba atención", explicaba el colaborador del programa.

El descubrimiento de Mónica Naranjo en España

El pelo bicolor -que ahora es de lo más trendy-, trajes pintorescos y atrevidos y mucho dorado. La mezcla de todo eso era Mónica Naranjo cuando toda España la vio por primera vez en el programa de televisión ¡Sorpresa, sorpresa! mientras el país acudía una noche más a su cita con Isabel Gemio, el 19 de julio de 1997.

Momentos de la primera actuación en televisión de Mónica Naranjo en España. | Europa FM

La monocultura colectiva española, aquella en la que todos los televisores sintonizaban el mismo programa, permitió abrir la ventana a la artista en su propio país, después de haber fracasado con su álbum de debut: Mónica Naranjo. La interpretación televisiva del tema Desátame reveló a la artista, cuya aparición estelar al gran público español hizo que surgieran dudas sobre quién era: "Había rumores de que era travesti. Era inclasificable, rompía con la música del momento".

"Había rumores de que era travesti"

Mónica Naranjo interpreta 'Desátame' en el programa '¡Sorpresa, sorpresa!'.

La catalana, que se fue de casa con 16 años y no gozó de la guía profesional de ningún padrino en la industria, volvió de México, donde lo petó tras el chasco de su primer disco, para cautivar a España con su segundo proyecto: Palabra de mujer. "Arrasó, se convirtió en una parábola de superación ante la adversidad", ha rememorado Sanguino.

Sanguino ha apuntado otro gran tema que recoge su libro sobre los tejemanejes de la industria musical. "En ese momento se vendían más discos que nunca, antes de que llegara la piratería. Sony music [la productora de la artista] no sabía como vender el disco, decían que olía demasiado a gay". Y no era un público objetivo.

"Sony music no sabía como vender el disco, decían que olía demasiado a gay"

"Lo interesante del colectivo es que no se incorporó a la sociedad como seres humanos con dignidad, sino que la sociedad los toleró porque se dieron cuenta de que tenían dinero".

Folclórica, diva y feminista

Mónica Naranjo seguía la estela de las folclóricas de España, de la copla, de las divas. "Era la idea de la mujer masoquista, el lumpen, el deseo sexual. Ella era muy macarra", explicaba el colaborador de 'Cuerpos Especiales'. "Ella era muy artificial. En aquella época todos los artistas que había eran cantantes simpáticos. En España nos gustan que las estrellas del pop sean normales, sencillas y de repente ella aparecía hecha un travestón".

Como la folclórica de folclóricas, Lola Flores, Naranjo se inventó hasta una biografía. "He entrevistado a muchísimas personas que me decían que muchas cosas que ella contaba de su vida eran mentira. Es muy de folclórica, como Lola Flores, que decía: "yo las mentiras las convierto en verdad". De ahí que tuviera que inventarse una vida para triunfar. "Ella se creó una personalidad, un acento incluso, hablaba un poco mexicana, un poco por venganza, venía neurótica de tener muchos enemigos en España". "El público gay se vio representado e impulsado por ella", añadía Sanguino.

La cantante defendía abiertamente al colectivo: "Yo siempre he dicho que si no hubiera gays, el arte no existiría, porque los más grandes artistas han sido gays".

Y también el feminismo: "Las mujeres no nos quejamos por gusto. Cuando nos quejamos nos quejamos de verdad, y eso es lo que los jueces, la policía y nadie quiere entender. Y eso me parece una vergüenza".

Ambas, declaraciones de una artista rara avis que decidió tener un discurso más allá de su música en una época en la que nadie más lo hacía.