Muere el marido de Paz Padilla, Antonio Juan Vidal, a los 53 años

Antonio Juan Vidal ha fallecido esta pasada noche debido a un tumor cerebral que le fue diagnosticado en 2019, según informa La Razón, una enfermedad que tanto Paz Padilla como la familia habían llevado con absoluta discrecion.

Ahora la presentadora y humorista, que está recibiendo el apoyo y cariño de compañeros y amigos, se enfrenta a uno de los momentos más duros de su vida. El funeral será este lunes 20 de julio a las 11 de la mañana en Zahara de los Atunes (Cádiz), según la revista Socialité.

Hace poco supimos que la presentadora gaditana no podría asistir a las primeras audiciones del programa 'Got Talent,' programa en el que participa como miembro del jurado. Aunque no trascendieron los motivos.

UN AMOR DE ADOLESCENCIA, QUE TUVO QUE ESPERAR

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Aunque Paz Padilla y el abogado Antonio Juan Vidal se conocieron cuando eran apenas unos adolescentes. Ella tenía solo 14 años y él 17, pero Paz se mudó a Madrid unos años después para perseguir su sueño de ser humorista y forjarse el futuro laboral por el que ahora es conocida.

Estando en Madrid se casó con Albert Ferrer, con quien tuvo a su hija Anna, uno de los mayores apoyos y quien guardaba una magnífica relación con Antonio. "Es mi motor en los momentos en los que la desolación me puede", ha comentado alguna vez la presentadora en relación a su hija.

Tras cinco años se divorciaron, y un tiempo después Paz Padilla y Antonio Juan Vidal se reencontraron y retomaron ese amor que tuvieron que dejar en pausa cuando eran jóvenes. Paz y Antonio se casaron hace cuatro años, el 8 de octubre de 2016, en Zahara de los Atunes, en Cádiz, donde la presentadora confesó que hacía 32 años que estaba enamorada de él. Ambos han reconocido en varias ocasiones que eran el uno para el otro, el amor de sus vidas.

Pero hubo antes otro enlace entre la pareja. Paz Padilla confesó a 'Vanitatis' que su primera boda la habían celebrado en la India, el 5 de junio de ese mismo año, siguiendo los ritos hindúes y llevando ella las manos tatuadas con henna. "Fue una boda legal, con los papeles presentados en la embajada y todo. Estábamos Antonio y yo solos y organicé todo sin que él lo supiera. Mi Antonio aceptó encantado, pero con la condición de que hiciéramos otra celebración en Cádiz con toda la familia", aseguró.

Descansa en paz.