El otro lado de Reese Witherspoon: el asombroso parecido de su hija de 22 años, su adicción reconocida y la película que le hizo sufrir ataques de pánico
La actriz de Una rubia muy legal y ganadora del Oscar por su papel en Walk the Line es una de las más conocidas del star system hollywodiense, un estatus que le ha reportado grandes beneficios económicos pero también disgustos con los que ha tenido que lidiar a nivel personal. Así es el lado más desconocido de Reese Witherspoon.
A sus 45 años, Reese Witherspoon es indiscutiblemente una de las actrices más conocidas -y reconodidas- de Hollywood. Empezó su carrera muy joven y a base de constancia y esfuerzo se ha hecho un hueco entre la lista de actrices más demandadas de la industria.
Además, la venta de una parte de su productora la ha convertido en la actriz más rica del mundo. La intérprete ha vendido el 72% de la empresa Hello Sunshine por 760 millones de dólares, un intercambio que le supone unos ingresos altísimos. Hello Sunshine se ha dedicado a crear contenido de ficción hecho por mujeres, programas de entretenimiento y hasta contenido infantil.
Su verdadero nombre
Reese no es el nombre, al menos no el único, con el que la actriz vino al mundo el 22 de marzo de 1976 en Nueva Orleans, en Luisiana.
Sus padres, Betty, que era enfermera, y John, que trabajaba como médico militar de las fuerzas aéreas, la llamaron Laura Jeanne Reese Witherspoon, siendo Reese el apellido de soltera de su madre, según Insider.
Los tres hijos de Reese y quiénes son sus padres
Witherspoon lleva una vida familiar junto a Jim Toth, su marido, y sus tres hijos: Ava, Deacon y Tennessee. Fue en el año 2011 cuando la pareja selló su amor dándose el sí quiero y un año después nació su hijo Tennesse.
Los dos mayores, Ava y Deacon, son fruto de su matrimonio con el intérprete Ryan Phillippe, con el que estuvo casada desde 1997 hasta 2006.
A Ava, la mayor, la tuvo cuando solo tenía 23 años y el parecido entre ellas es indiscutible. La joven Ava Phillippe, de 22 años, es un clon de su madre. Así lo demuestran las fotografías que podemos encontrar en las redes sociales, donde muchos se han dado cuenta de que son como dos gotas de agua. Ambas tienen los ojos azules, el pelo rubio y tez pálida.
Aquí tres generaciones: abuela, madre e hija.
La película que le hizo sufrir ataques de pánico
Hace poco, la actriz relataba en una entrevista con Interview que uno de los papeles más importantes de su carrera le hizo tener secuelas psíquicas tras el rodaje.
La actriz se refiere a la película Wild (Alma Salvaje en España), que le valió una nominación al Oscar como Mejor Actriz. En el film, basado en la novela de Cheryl Strayed, la autora cuenta su propia experiencia cruzando más de 1.000 kilómetros sola por el Sendero del Macizo del Pacífico.
"Tuve ataques de pánico durante tres semanas antes de empezar", contó la intérprete. "Estaba el tema de la desnudez, la sexualidad y el consumo de drogas, pero también el hecho de tener que estar sola ante la cámara sin otros actores".
Witherspoon rodó sola durante más de 25 días. Únicamente tenía enfrente al equipo de rodaje y producción y además tuvo que cargar con una mochila de 30 kilos a los hombros prácticamente toda la película. "Hubo probablemente 25 días de rodaje en los que no tuve a ningún otro actor enfrente. Sólo estábamos yo, la cámara y la mochila. Me decía: '¿de verdad esto va a ser así de aburrido?'", explicó la actriz antes de asegurar que incluso se sometió a hipnosis para calmar su sufrimiento.
Su adicción reconocida
La actriz reconocía hace unos años que el una apasionada del café. "Mi marido se enfada conmigo, siempre me dice que bebo demasiado café. Intento beber solo dos tazas por la mañana y ya está, pero cuando llegan las 4 de la tarde estoy muy cansada", explicaba Witherspoon.
"Bebo más cuando estoy en casa con mis hijos. A las 4 de la tarde lo único que me apetece es tumbarme y dormir una siesta. Así que pienso: '¡Necesito café!", dijo sobre esta bebida estimulante.