El día que Mick Jagger se ganó una bofetada de Charlie Watts
El batería de los Rolling Stones, Charlie Watts, abofeteó a Mick Jagger a mediados de los ochenta por llamarle repetidamente "mi baterista" estando medio borracho.
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Hay líneas rojas que no deben cruzarse. Eso debió pensar Charlie Watts, el batería de los Rolling Stones fallecido el 24 de agosto, cuando el cantante Mick Jagger dijo en mitad de una discusión acerca del futuro del grupo "esto a ti no te debería importar, solo eres el batería". Luego, medio borracho, Jagger empezó a llamar a la habitación de Watts gritando "dónde está mi baterista". Watts apagó la tele, se afeitó, se vistió de traje y fue a la habitación de Jagger para darle una bofetada que lo tiró al suelo.
La historia la confirmó además el guitarrista de la banda, Keith Richards, que se encontró con Watts en el pasillo. Le preguntó que de dónde venía, y el baterista respondió "de pegarle un puñetazo en la cara a Mick Jagger". Y así había sido: Richards encontró a Jagger sobre una bandeja de salmón ahumado que había tirado al caer.
Tanto Richards como el escritor Bill German, autor del libro Under their thumb, destacaron que Watts dijo a Jagger "nunca vuelvas a llamarme 'tu baterista'. Tú eres mi cantante" después de golpearle en la cara. Anotan también que el baterista prácticamente ni se inmutó después de pegar al cantante, sino que sencillamente se dio la vuelta y se fue con mucha calma a su cuarto. Con flema inglesa, se podría decir.
Un gentleman entre los Rolling Stones
Charlie Watts siempre se sintió un poco fuera de lugar en los Rolling. "No a nivel personal, siempre me sentí querido y aceptado", comentó. Se refería más bien a su modo de vestir y de comportarse. Nunca fue amigo de zapatillas deportivas ni ropa moderna, sino que prefirió llevar traje, corbata y zapatos hasta el final. De hecho, en una entrevista con GQ confesó tener unos 200 trajes solo en su casa de Londres y otros cuantos en Devon.
"Si ves fotos antiguas verás que ellos llevaban deportivas y yo siempre zapatos", comentó. Watts nunca fue amigo de las sesiones de fotos ni de las giras. Siempre fue fiel a su esposa y rechazaba sistemáticamente a todas las groupies. De hecho, fueron invitados a la mansión de Playboy y él pasó la noche en la sala de juegos, lejos de las mujeres. Una estrella de rock que no siguió las reglas.