'La Jauría', de Dani Fernández, un luminoso derroche de pop rock diseñado para saborear en directo
Dani Fernández consolida su madurez musical con el disco más rockero de su carrera, una apuesta llena de guitarras y sintetizadores que parece hecha a medida para una explosión en concierto de la que pocos podrán salvarse.
Desde que inició su carrera en solitario con Incendios (2019), Dani Fernández ha mostrado una evolución musical y personal a la altura del talento que ha demostrado desde el escenario cuando solo era un adolescente.
Aunque en sus primeros años el enfoque musical era más bien popero, en Entre las dudas y el azar (2022) ya se percibía un refinamiento en su estilo, con una mayor atención a los detalles de producción y un sonido más pulido. Ahora, con La Jauría, Dani ha dado un paso más allá en términos de sofisticación. Y el rock se ha convertido en su gran baluarte.
El uso de cuerdas, sintetizadores y texturas electrónicas se ha incrementado en este nuevo proyecto, pero siempre con un toque sutil que mantiene su esencia emocional intacta. El concepto de Jauría que define al disco le permite explorar su exposición pública y los juicios que lo rodean, mientras encuentra momentos de esperanza y luz, instantes que aprovecha para bailar, un verbo recurrente en sus temas desde el exitazo Bailemos.
La evolución no solo es sonora, sino también lírica: Dani se muestra más reflexivo, más crítico con el entorno, pero a la vez más seguro de quién es y de cómo quiere que su música refleje esa autenticidad. Aun así, como a todo hijo de vecino, las inseguridades le acechan. "Cuando saco un tema pienso que no lo va a escuchar nadie", decía el mismo día del estreno a su paso por Cuerpos especiales.
Este primer sencillo, Todo Cambia, refleja la intención del disco de explorar la transformación personal y social. A nivel musical se sitúa en un terreno conocido de Dani: pop-rock melódico, con guitarras suaves que crecen a medida que avanza el tema, reflejando el cambio que narra la letra.
Con una mayor intensidad en su ritmo y una atmósfera cargada de tensión, Criminal explora las dificultades entre el amor a la música y a la familia. Es una balada rock con unas cuerdas que le dan un aire épico a la letra, como si Dani se debatiese entre su vida personal y laboral.
En cambio, Me has invitado a bailar, tiene un toque más ligero y fresco y se siente como respiro en medio de la intensidad emocional de los otros temas. Percusión, sintetizadores, brillo, optimismo... El Dani más vitalista y romántico asoma.
Con una carga emocional profunda, Por no bailar contigo es una de las canciones más íntimas de La Jauría. Minimalista, centrada en la guitarra acústica, lo que resalta la vulnerabilidad del cantante. Los coros y algunos arreglos electrónicos añaden una atmósfera envolvente que refuerza el sentimiento de soledad de los versos de esos versos que parecen desconexiones emocionales.
Las colaboraciones del disco llegan de la mano de dos grandísimos artistas. Dos voces inconfundibles, reconocibles nada más entrar en el compás. Iván Ferreiro canta con él en Oaxaca, un tema que Dani compuso junto a su mujer y madre de su hijo, Yarea, en un viaje que terminó relatando cómo su amor se consolidó entre dudas y pensamientos negativos. Los sintetizadores se acercan mucho a las teclas preferidas del gallego, un sonido inconfundible para los acérrimos del artífice de El Pensamiento Circular.
Por otro lado, Valeria Castro llega para iluminarlo todo en ¿Y si lo hacemos?, el tema más pasional de todo el disco. Su sintonía en el estudio se palpa en una grabación aireada, ingrávida, que da alas para soñar con ese romance del que habla el cantante ciudarrealeño.
Sin lugar a dudas, La Jauríaconfirma la madurez artística de Dani Fernández, quien ha logradocombinar introspección personal con una producción sonora cuidada, sin perder su capacidad de conectar emocionalmente con su público.