AMORES EN CANCIONES

Las mujeres de Joaquín Sabina: su pareja Jimena, sus dos hijas y la novia a la que dedicó 'Contigo'

La historia musical de Joaquín Sabina está ligada a las mujeres. El de Úbeda le canta al amor (y al desamor) en gran parte de sus canciones, muchas de ellas protagonizadas por sus parejas. ¿Sabías que Y sin embargo y Contigo las escribió pensando en la misma chica? ¿Y que Rosa de Lima está dedicada a su mujer Jimena Coronado?

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Joaquin Sabina, en el festival de cine de San Sebastián 2022. | Gtresonline

Europa FM

Madrid14/11/2022 16:57

La carrera de Joaquín Sabina va de la mano de las mujeres. El de Úbeda le canta al que el amor —y al desamor— en muchas de sus canciones y, de hecho, su primera composición la hizo pensando en una chica.

Sabina estaba aún en su primer grupo, Merry Youngs, cuando compuso Marisol, una canción que nunca llegó a publicarse y que escribió pensando en un amor de juventud.

Marisol ha sido una anécdota musical en la carrera de Sabina, que han protagonizado las mujeres de su vida. Repasamos quiénes son y qué canciones les ha dedicado.

Jimena Coronado - su mujer

La fotógrafa peruana Jimena Coronado es la pareja de Joaquín Sabina desde hace más de 20 años. La Jime, como la llama el de Úbeda, conoció al cantante en diciembre de 1994 cuando trabajaba como fotógrafa en la revista de El Comercio. En esas fechas tuvo que hacerle una sesión a Sabina y el cantautor aprovechó un momento que se quedaron solos para interesarse por ella y el plan que tenía después de salir de trabajar.

Esa noche, aunque tarde, Sabina se acercó al bar en el que estaba Jimena con sus amigas y. ella se hizo la encontradiza con el cantante. Fue ahí cuando empezó una relación de idas y venidas que no acababa de cuadrar porque, aunque se veían siempre que Sabina iba a Perú, no coincidieron estando solteros a la vez hasta cuatro años después. Fue en 1999 cuando Sabina terminó el disco 19 días y 500 noche.

“Mientras lo estaba grabando no abrí cartas, un día abrí todas de golpe. Una era de La Jime diciendo ‘ya no tengo novio’. Yo acababa de dejarlo con mi novia”, explicó en una entrevista con Juan José Millás. “La llamé inmediatamente y le dije, ’Rubia, nos vamos a Venecia”. El encuentro fue al final en Ciudad de México y fue el inicio de la relación que en 2020 les llevó al Registro Civil de Madrid a darse el "sí, quiero".

La pareja celebró una boda por sorpresa cuatro meses después de que el cantante sufriese una terrible caída, que casi le cuesta la vida, al foso del Wizink Center de Madrid durante un concierto con Joan Manuel Serrat. Un año antes, en noviembre de 2019, cuando Jimena cumplió 50 años, Sabina le había pedido matrimonio hincando rodilla, regalándole un anillo y entonando un romántico poema.

Jimena Coronado, a quien le dedica la canción Rosa de Lima, cambió y salvó a Sabina en un momento clave en su carrera y su salud. En 2001, cuando al cantante le dio un ictus, Jimena tomó las riendas, cambió la cerradura de su casa y puso orden en su vida.

"Estamos de gira gracias a Jimena, seguimos sacando discos gracias a Jimena. Es la que ha puesto la casa a funcionar", dice Pancho Varona al hablar de la peruana en el documental Pongamos que hablo de Sabina de Atresmedia Premium. "Aquella casa era un desastre absoluto. Se ha puesto las pilas y gracias a Jimena se hacen giras. Se hacen cosas".

Isabel Oliart - la madre de sus dos hijas

Isabel Oliart es la madre de Carmela y Rocío, las hijas de Joaquín Sabina, y su pareja entre 1986 y 1998.

Su relación terminó por las infidelidades de Sabina, que, cuando estaban juntos, empezó a verse con Cristina Zubillaga, otra las parejas más conocidas de Sabina. Isabel lo sabía y, según contó el propio artista, nunca le reprochó nada.

"Yo me iba diez días de casa y no decía dónde, aunque Isabel lo sabía muy bien, yo me iba con Cristina. El caso es que cuando yo volvía, no tenía ni una mala palabra ni un mal modo conmigo", contó Sabina sobre su ex, con la que hoy tiene una gran relación y para la que solo tiene buenas palabras. "De haber sido una elección premeditada, nunca habría podido escoger una madre mejor".

En 1992, cuando ya se veía con Zubillaga, Sabina escribió Amor Se Llama el Juego, una canción con una letra muy dura que con el tiempo se arrepintió de haber hecho. Según se decía entonces, esos dardos tenían como destinataria a Oliart: "Hace demasiados meses Que mis payasadas no provocan tus Ganas de reír No es que ya no me intereses Pero el tiempo de los besos y el sudor Es la hora de dormir".

Cristina Zubillaga - la novia que inspiró '19 días y 500 noches'

Cristina Zubillaga | Cristina Zubillaga

La modelo Cristina Zubillaga es una de las mujeres más importantes de Sabina y en quien se inspiran canciones como Contigo, Y sin embargo y la famosa 19 días y 500 noches. La mallorquina también está en la letra de Y nos dieron las diez, aunque solo en unos versos. "La frase caminito al hostal nos besamos en cada farola somos Joaquín y yo”, contó ella misma en el documental Pongamos que hablo de Sabina.

La relación empezó en 1992, cuando Sabina aún estaba con Isabel Oliart, y terminó de la noche a la mañana durante una cena en Menorca. "La chica que yo conocía desapareció pero desapareció entre la sopa y el postre", contó el propio cantante sobre su ruptura. Zubillaga cuenta que sus caminos y objetivos eran distintos. Ella quería una estabilidad, Sabina (como dice en la letra de Contigo) no buscaba "un amor civilizado... con recibos y escena del sofá".

Con el tiempo han retomado la relación de amistad pero antes Sabina cantó de ella eso de que "siempre tuvo la frente muy alta, la lengua muy larga, y la falda muy corta". “Se pasa un poco. No soy tan mala”, bromea ahora la mallorquina, para la que Joaquín es parte de familia.

Virtudes Atero, La chispa - Su primer amor de juventud

Virtudes Atero, La chispa, fue la primera novia de Joaquín Sabina y a quien en 1988 le dedicó la canción Una de romanos.

La suya fue una relación polémica. Los padres de la hoy Doctora en Filología Hispánica por la Universidad de Sevilla y Catedrática de Literatura Española en la Universidad de Cádiz no veían con buenos ojos que su hija saliesen con el cantautor, y ella, para provocar, se paseaba agarrada de su chico para que la viesen.

La relación con La chispa terminó cuando el padre de la chica, el notario de Úbeda, la mandó a vivir fuera y Sabina se acabó enamorado de una joven escocesa a la que conoció en Granada. Juntos se fueron a vivir a Londres, donde estuvo hasta 1976.

Paula Seminara - la joven de 'Dieguitos y Mafaldas'

Antes de iniciar su relación con Jimena Coronado, su actual pareja, Joaquín Sabina tuvo una breve relación con Paula Seminara, una joven argentina de entonces 19 años con quien estuvo mientras grababa 19 días y 500 noches. La conoció cuando viajó a Buenos Aires con Fito Páez para grabar el disco Enemigos Íntimos.

Después de verlo en un concierto, fue al hotel para tratar de conocerlo y, como no lo consiguió, le dejó una carta que captó su atención. Sabina la invitó a otro show, después fueron a cenar y lo siguiente se puede intuir.

Su breve relación quedó plasmada en Dieguitos y Mafaldas. "Nos llevábamos casi 28 años, pero nos complementábamos. Nunca fuimos juntos a La Bombonera, pero íbamos a ver los partidos a bares de San Telmo y me siento responsable de haberle contagiado la pasión por Boca", contó Seminara al diario Clarín años más tarde.

Arianne Sved - la amante de 'Princesa'

La relación de Joaquín Sabina y Arianne Sved fue también breve pero dio lugar a Princesa, una de las joyas del cancionero del de Úbeda.

Su letra habla de una chica adicta a las drogas con la que Sabina tuvo una relación que, como cuenta en la letra y en el libro de memorias Sabina en carne viva, no terminó bien.

"Era una belleza pintada por Botticelli (...) con la que me acostaba cuando iba a Logroño, y con la que alguna vez me fui a un pueblecito perdido a pasar un fin de semana. Luego se vino a Madrid y fue cayendo en picado. Eso llevó a la heroína y en ese momento hice la canción”, dice Sabina en el libro. “Afortunadamente, esa chica, que vivió momentos muy malos, tengo entendido que ya está bien y me alegro mucho por ella".

Cuando estuvieron juntos Joaquín Sabina ya había cumplido los 30 años, ella solo tenía 17.

Carmela y Rocío, las hijas de Joaquín Sabina

Joaquín Sabina y su hija Carmela Martínez | Gtres

Carmela y Rocío son las dos hijas de Sabina y también han sido musas del cantante. Hoy Sabina mantiene muy buena relación con ambas, aunque reconoce que durante su infancia fue en padre ausente, que no cambió pañales ni fue a buscarlas al colegio.

Carrmela, la mayor, tiene 33 años y es directora de producción. En la última edición de los premios Goya cobró gran protagonismo porque su corto, Tótem loba, consiguió el premio a Mejor cortometraje de ficción. Es el trabajo dirigido por la actriz Verónica Echegui.

A ella le escribió la canción Ay! Carmela, del disco Vinagre y rosas.

Rocío es la pequeña —tiene 30 años— y la destinataria de los versos de la canción Ay! Rocío. La pequeña de la casa lleva una vida muy discreta. Según publicó Vanity Fair, de ella solo ha trascendido que escribe poesía y practica yoga.

Ninguna de las hijas del cantante lleva el apellido Sabina. Son Carmela y Rocío Martínez Oliart, pero no es que no lleven el apellido de su padre, es que llevan su primer apellido. El nombre completo del de Úbeda es Joaquín Ramón Martínez Sabina.