¿Quién es Maikel Delacalle? El artista urbano que pasó de un centro de menores con 17 años a triunfar en la música
Maikel Delacalle es uno de los artistas de R&B más escuchados en España. A los 27 años arrasa en la música urbana. Quién se lo iba a decir hace diez cuando tuvo que ingresar en un centro de menores.
Maikel Delacalle tiene 27 años y una carrera consolidada en la escena musical urbana. Con canciones de éxito como Ganas o Jaque mate, se podría decir que es uno de los artistas de R&B más escuchados en España y puede presumir de haber escrito 30 temas en el último año. Quién se lo iba a decir hace diez cuando tuvo que ingresar en un centro de menores.
Su historia empezó en 1994, año en que nació en barrio tinerfeño de San Isidro. El mismo en el que conoció a la compañía que lo llevó a la mala vida y el mismo en que empezó a cantar en la calle. Sus inicios fueron como freestyler.
Él resume esta historia con pocas palabras. "Maikel Delacalle es un chaval que vivió una vida un tanto diferente. Perdí a mi madre cuando tenía siete años, cogí muchos caminos que no tenía que coger. Entré a un centro de menores y nada más salir empecé a dedicarme a la música”, contó en un encuentro con The Objetive.
El verdadero nombre de Maikel Delacalle
Maikel Cabello Negrín es el verdadero nombre de Maikel Delacalle, que debe su nombre artístico a su abuela Juana, quien se volcó en su nieto cuando éste perdió a su madre.
Juana dio en el clavo cuando Maikel era un adolescente. Tenía 12 años y decía de él que era de la calle, una forma de referirse a sus pocas ganas de pasar por casa. Lo que empezó como una broma terminó con el canario en un centro de menores con 17 años y un sobrenombre artístico.
Su paso por el centro fue el punto de arranque de su carrera. Ahí descubrió su pasión por la música. “Hasta los que me ponían las esposas me decían que era bueno haciendo música y que no tenía que estar encerrado", contó en El Mundo.
La lección que se llevó del centro de menores
Maikel Delacalle entró en el centro de menores con 17 años y la perspectiva de pasar allí los siguientes dos años, sin embargo salió a los seis meses.
"Me pedían casi dos años pero por buena conducta estuve seis meses. Exactamente cinco meses y tres semanas", continúa en la entrevista de El Mundo, donde no duda en revelar la importante lección que se llevó del centro. "Me sirvió bastante para darme cuenta de las personas que estaban a mi lado. Me acuerdo de que venía a verme mi padre, mi tía, mi hermano y poco más. Mis amigos, con los que estaba en la calle haciendo esas cosas por las que entré, no estaban ahí".
Si echa la vista atrás se puede alegrar de esos meses. Si no hubiese ingresado, su presente hubiese sido otro. "La verdad que yo siempre estaba en la calle con problemas, con peleas, con movidas... y hubiera seguido así porque no tenía otro remedio", apunta.
La muerte de su madre marcó su carrera
Antes de ese episodio, Maikel Delacalle recibió un duro golpe que marcó su vida. Con siete años perdió a su madre, lo que le llevó a convertir la escritura en un catalizador.
"Me encantaba improvisar pero necesitaba componer, expresar lo que sentía. La muerte de mi madre también tuvo mucho que ver en mi salto a la música. Creo que ahí es cuando yo me di cuenta de que aparte del freestyle se me daba muy bien escribir y cantar. Y entonces ahí me metí, yo creo que ese fue el cambio", dice en RTVE al hablar sobre el giro en su carrera.
Delacalle asegura que le costaba muchísimo comunicarse y las canciones le ayudaron a hacerlo. “Desde que tenía siete años y pasó lo de mi madre, no sabía cómo explicar lo que sentía. Lo hice a través de la música. Hice una canción para ella”, cuenta sobre Por qué me tocó a mí, sin duda el tema al que más cariño tiene. “Es de cuando era niño, quería soltar todo lo que sentía".
De la calle a la fama
Maikel tenía claro su futuro en la música, y el golpe de suerte le llegó cuando ya llevaba tres años trabajando por su cuenta. En esa época grabó el videoclip de Nada que hablar y el tema Ganas, que acumula más de 16 millones de reproducciones. Ambas llamaron la atención delDJ Deejay Darío.
"Un día me escribe en Instagram 'qué buena música', y luego me pregunta que qué necesitaba, que veía que tenía talento", cuenta en El Mundo sobre el punto de inflexión de su carrera. "Me dio dinero sin conocerme, siendo yo un chaval de uno de los barrios más conflictivos de la isla, y me dijo que hiciese música con él".
"Saqué el dinero y empecé a trabajar. Saqué: Or nah y Mi nena. Grabé las canciones con vídeo con el dinero que él me dio. Seguimos currando sin contrato hasta que yo le dije: ‘brother, tienes que ser mi manager”, explica en The Objetive al hablar de los siguientes pasos de su relación profesional, que le ha llevado a colaborar con artistas como Eladio Carrión o Mahmooh y grabar su EP Calle y fe.
Su opinión sobre el machismo del reguetón
Artista urbano, Delacalle define su sonido como R&B aunque dice que su voz le da una identidad distinta
“También soy muy diferente a mucha gente en cuanto a las letras, porque no suelo hablar mal de la mujer en un momento en el que la música urbana y el reguetón denigra a la mujer el 90% de las veces”, dice. “Por eso, creo que mi sello es que suelo ser un poco más limpio escribiendo”.
La responsabilidad de esas letras la tienen, según Delacalle, los artistas y el propio público. “A veces parece que la gente lo pide”, apunta en El Español. “Por ejemplo, si Sebastián Yatra no dice 'la combi completa: xoxo, culo, tetas', el tema ya no gusta tanto a la gente de mi edad. Creo que ha sido culpa de esta generación porque Don Omar o Daddy Yankee con La Gasolina no hablaban mal. Creo que antes los artistas se inventaban palabras para maquillarlo un poco y ahora a la gente le gusta que las letras sean más explícitas".
Sus letras son otra cosa. “Yo tengo a la mujer en un altar. Me crie con mi abuela por lo que me pasó de mi madre y porque yo creo que es lo que me toca; algunos tienen que hablar mal y otros tienen que hablar bien, ¿sabes? Alguien tiene que hacer el papel de bueno ahí y yo creo que me tocó a mí. Se puede hablar de lo mismo, puedo hablar de sexo también pero sin tener que ser tan brusco. Yo creo que soy la persona idónea para eso", asegura el artista, que tampoco tienen intención de hablar de su experiencia entre rejas en sus canciones.
“Es algo para sacarle partido, mirarlo desde el lado positivo y aprender de ello, pero ya. Yo no quiero ser eso, no quiero que me recuerden diciendo, ¿te acuerdas de Maikel Delacalle, el ruinas ese? no, no... yo quiero que digan, ¿te acuerdas de Maikel Delacalle, el que tiene corazón?”.