¿Por qué deberías tener sexo todos los días? Las razones para hacerlo
Practicar sexo fortalece la relación con la pareja, además tiene numerosos beneficios para nuestra salud y nuestro estado de ánimo. Sin embargo, tener sexo todos los días mata las ganas y acaba aburriendo. ¿Sabes por qué?
El sexo nos aporta multitud de beneficios, tanto a nivel personal como afectivo con nuestra pareja. Pero muchas veces el ritmo de vida que llevamos y sobre todo la falta de tiempo hace que no tengamos relaciones sexuales con la frecuencia que deseamos y eso se convierta en algo así como una "obligación" o algo "que hay que cumplir".
¿Pero sabías que no es bueno tener sexo todos los días? Bueno, maticemos esta expresión: Tener sexo todos los días no es el problema, sino "penetrar" de la misma manera que siempre.
A la larga, tener un coito varias veces al día puede acabar irritándonos y sobre todo, matando las ganas. Tal como explica la sexóloga Núria Jorba para el portal El Sextante, “con el sexo pasa lo mismo que con la comida, si no variamos, dejamos de desear porque lo que nos gusta es la novedad”.
A su vez, añadió, “la sexualidad empezó por la reproducción y de ahí la parte del coito”, pero además, “al inicio todo era placer hacia el hombre, la sexualidad estaba dirigida a él y por tanto todo se centraba en la genitalidad”.
El problema es que a veces, simplemente nos centramos en el placer físico y en el orgasmo, olvidándonos por completo de la conexión con el otro, del jugueteo y la experimentación, y acabamos acudiendo a las mismas cosas de siempre. Caer en la rutina de un coito todos los días, según Jorba, “casi siempre acaba quitando las ganas”, pero es que además, puede llegar a ser una molestia para los genitales.
Dando de lado a un juego previo, “seguramente no habrá la suficiente dilatación y lubricación de la mujer debido a la falta de excitación y calentamiento (si hablamos de parejas heterosexuales), y eso hará que el hombre no acabe de ver a la mujer disfrutar, lo que seguramente también disminuya su excitación, haciendo que ambos dejen de desear repetir la experiencia y, por tanto, disminuirá el deseo y las ganas de hacerlo de nuevo”.
La solución que da la sexóloga es que hay que “priorizar la sexualidad en general”, no dejar de tener sexo varios días. Poder tener relaciones siempre que queramos pero variando un poco la forma en la que hacerlo; posturas, lugares, juegos previos...
Es recomendable hacer lo que te apetezca sin caer en la obligación. “Debemos seducir, jugar, dar estímulos sexuales durante el día, pensar en sexo para mejorar nuestro deseo, pensar en juegos que queremos probar y eso comportará que fluya hacer lo que nos apetece, cuando nos apetece”.
Hay que tener en cuenta que la calidad siempre es mejor que la cantidad y que, “la cantidad no es nada relevante, ya que ésta vendrá a consecuencia de la calidad. Cuanto más nos gusta y mejor nos lo pasamos, más ganas tenemos y por tanto la frecuencia aumentará”.