Siete personas nos cuentan lo que más les gusta hacer y que les hagan en la cama
Dicen los expertos en sexología que cuanto más hablemos del tema, más placenteras serán nuestras relaciones. Para acabar con los tabúes y animar a la conversación, en Europa FM hemos animado a siete personas a que nos cuente qué es lo que más les gusta hacer y que les hagan en la cama. Objetivo: relaciones más placenteras y orgasmos más intensos.
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A pesar de que en las últimas décadas el sexo se ha ido liberando de los tabúes que lo rodean, aún queda trabajo por hacer. Y qué mejor forma de hacerlo que hablando abiertamente de ello.
Los expertos en materia lo repiten hasta la saciedad. "Hay cosas que es necesario comunicar. Hablar abiertamente del sexo hace que las relaciones sean más divertidas y satisfactorias", dicen desde la Asociación Americana de Salud Sexual. Precisamente uno de los temas sobre los que consideran necesario conversar para conseguir esta plenitud en los encuentros sexuales es el placer. Para ser más concretos, se refieren a aquello que nos gusta, dónde nos gusta que nos toquen y cómo nos gusta que lo hagan.
Sobre este asunto se han llevado a cabo diversos estudios y hay numerosas encuestas que revelan algunas de nuestras preferencias. Por ejemplo, una investigación hecha por expertos de la Universidad de Indiana (Estados Unidos) en la que participaron más de 1.000 mujeres de entre 18 y 94 años, quiso dar respuesta a cuáles eran las preferencias femeninas en la cama. Dos tercios de las participantes aseguraron que su manera favorita de llegar al orgasmo era a través de la estimulación del clítoris, y a la mayor parte de ellas les gusta que se haga de una forma rítmica abarcando todo el órgano, en lugar de centrarse solo en un punto.
Más allá de lo que hay en común, las conclusiones de este trabajo también revelaron que, a la hora de la verdad, parte de placer depende de la experiencia que se esté viviendo con la pareja con la que se comparten las sábanas.
Lo mismo ocurre con los hombres. Al fin y al cabo —como dice el refrán— para gustos, los colores. Y en aras de mantener esa conversación que los expertos consideran tan necesaria para el sexo, hemos decidido ponernos en contacto con siete hombres y mujeres de entre 25 y 40 años para que nos cuenten qué es lo que más les gusta y alguna experiencia memorable.
"Cuanto más tiempo dure el sexo, mejores son los orgasmos"
— Miguel, 30 años
Miguel prefiere la comodidad tanto en lo que se refiere al lugar como al momento. Para él, el momento ideal es al despertarse los fines de semana. No es extraño, según un estudio polaco hecho a 565 participantes de ambos sexos, los hombres prefieren mantener relaciones por las mañanas, mientras que las mujeres son más de las tardes y noches. “Diría que la razón es porque me encanta dedicarle tiempo, y entre semana siempre es más rápido. Pasa lo mismo cuando es al final de una noche de fiesta”, explica Miguel, quien añade que cuanto más dure, más disfruta
“A medida que me he hecho mayor he ido descubriendo que cuando la relación es más larga y hay más tonteo, los orgasmos sean mejores al final”, asegura. Además de gustarle tener un buen rato para dedicarle al sexo, Miguel comenta que no está de más que la cama sea grande. Eso sí, una vez han acabado ambos, lo de acurrucarse no es lo suyo: “Me entra un hambre voraz, así que salgo muy rápido a preparar el desayuno”.
El poder del sexo oral
— Eva y Sofía 30 años
Sofía y Eva comparten alguna afición en lo que a placer se refiere. Ambas reconocen que prefieren que sus relaciones sean algo más “salvajes” o “duras”. Azotes, mordiscos y algún ligero ahogamiento son algunas de las prácticas que enumeran en sus listas. Pero más allá de eso, también tienen otra cosa en común: el placer que encuentran en practicar una felación.
“La verdad es que, por qué negarlo, me gusta hacer una buena mamada. Las disfruto, se me dan bien, me gusta ver a la otra persona en el séptimo cielo, me entretengo, soy original... En fin, ¿qué más puedo pedir?”, dice Eva. A lo que añade Sofía: “A mí también, me siento muy poderosa”.
El cuello como zona erógena
— Marta
Por su parte, Marta prefiere algo más sutil. “Para mí el cuello es una zona muy erógena. Además a veces me puedo llegar a agobiar con los besos y me parece igual de romántico sin que me entre sensación de ahogo”, asegura.
"Me gusta que me chupen los pezones"
— Almudena
Almudena, por su parte, prefiere que le estimulen los pezones: “Me gusta que me los chupen cuando estoy yo arriba. Cuando estoy abajo no porque si es más alto (que suele ser el caso) se hace un poco ortopédico”.
Si en algo coinciden todas estas mujeres es en que una vez han conseguido llegar al clímax, necesitan que su pareja deje de tocarlas durante un momento porque al mínimo roce en el clítoris se generan una especie de pequeñas descargas, explican. “Así es, quita de en medio que estoy electrónica”, comenta Eva.
"Me excito a nivel visual"
— Álvaro
La felación es también de las prácticas favoritas de Álvaro. Más allá del placer que le pueda aportar, para él hay un valor añadido en el poder mirar. “Me excito mucho a nivel visual, así que prefiero posturas en las que pueda hacerlo”, asegura. También reconoce que disfrutó mucho de hacer un trío. “Fui con dos amigas a la playa y después de beber unas copas descubrimos que todos nos atraíamos. Ellas empezaron a besarse y yo me uní poco a poco”, cuenta. Paradójicamente, en lo que respecta a sus preferencias, ellas decidieron apagar la luz. “Así que no vi mucho, pero lo disfruté igualmente”.
"Me pone que la otra persona goce"
Guillermo, de 28 años, también disfruta mirando a la otra persona, aunque en su caso lo que quiere ver es cómo lo está pasando su pareja. “A mí lo que más me pone es que la otra parte lo goce y tener química con la otra persona. Cuando hay disfrute sin ataduras cambia el acto completamente”, explica Guillermo, que si tiene que hablar de una práctica concreta asegura que se queda con el todo un placer el cambio de temperatura que hay al pasar de una felación a la penetración.
Si en algo coinciden todos los participantes de este artículo ha sido en la ligera vergüenza que les ha dado soltarse sobre sus asuntos más íntimos. Eso sí, dice Miguel que, a pesar de esto, él considera que debemos hablar todos más y expresar lo que nos gusta y lo que queremos para disfrutar y conseguir que los otros disfruten más.
Visto lo visto, cada uno tiene su propio mundo de sensaciones y los demás no tenemos un manual de instrucciones para complacerlas.