¿Cuáles fueron los motivos por los que Josh Harnett abandonó Hollywood?
El actor Josh Harnett fue una de las grandes promesas del cine norteamericano durante los primeros años del nuevo siglo pero, tras cosechar unos cuantos grandes éxitos de taquilla, decidió alejarse del papel para el que la industria parecía haberle predestinado.
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La belleza y galantería propia de algunos de los iconos masculinos de Hollywood eran dos de los grandes argumentos por los que la industria cinematográfica norteamericana había puesto a Josh Harnett como uno de sus herederos naturales.
Con papeles en los que estos atributos brillaban por encima de otras facetas, como su personaje de Danny Walker en Pearl Harbour, el actor decidió apartarse de esa línea tras cosechar algunos grandes en su currículum para centrarse en otros proyectos de mayor profundidad interpretativa.
Sin embargo, este alejamiento de las luces y brillos propios del estrellato no solo se produjo en el plano profesional, sino que decidió moverse también en lo personal a una zona en la que el ajetreo de las grandes producciones y el glamour fuese anecdótico.
Josh Harnett ha explicado en una entrevista en The Guardian cuáles han sido los motivos fundamentales de esta distancia física y mental del Hollywood más “absorbente”. Tras años en los que él y su esposa, la actriz británica Tamsin Egerton, han vivido a caballo entre EE.UU y Reino Unido, ambos decidieron establecerse en Hampshire tras el nacimiento de su tercer hijo.
“Todo esto es nuevo para mí”, ha explicado al diario británico. “Nunca lo hubiera esperado. Y el tiempo pasa rápido. Con cuatro hijos, tienes tanto que hacer. En cierto modo, suceden menos cosas, pero suceden más cosas importantes. Mi hija mayor tiene ahora ocho años y medio; para mí, eso parece que sucedió en los últimos dos años”.
A lo largo de la conversación el actor ha tratado temas como la paternidad, su filia a los animales de granja que tiene en su casa (con especial mención a las cabras pigmeas) o la relación con sus padres, además de las decisiones artísticas que le alejaron del camino marcado por la industria.
“Simplemente no quería que mi vida fuera devorada por mi trabajo”, ha argumentado el actor. “Y en ese momento existía la idea de que simplemente había que renunciar a todo. Y viste lo que le pasó a algunas personas en ese entonces. Fueron aniquilados por eso. Yo no quería eso para mí”.
Una renuncia en la que la búsqueda de apostar de proyectos alejados de su trayectoria hasta el momento se vio acentuada por algunos sucesos desagradables. “Hubo incidentes. La gente se presentó en mi casa. Gente que me acechaba (...) un tipo se presentó en uno de mis estrenos con una pistola, diciendo ser mi padre. Terminó en prisión”.
Ahora, Harnett parece vivir una segunda época dorada con participaciones estelares en Operation Fortune: Ruse de Guerre, con Guy Ritchie, u Oppenheimer, bajo la batuta de un Christopher Nolan que ya tanteó al de Minnesota para ponerse la máscara Batman, aunque decidió rechazar el papel. “Con Chris Nolan solo tienes un número limitado de oportunidades”, ha recordado con respecto a su vínculo con el oscarizado director.
Actualmente, el actor está a punto de estrenar La Trampa, una especie de “El silencio de los corderos en un concierto de Taylor Swift”, como ha indicado el protagonista, ya que la trama versa sobre la estrategia policial que busca atrapar al asesino en serie que interpreta y acompaña a su hija a un macroevento musical.
“El resto de la industria se está poniendo al día con lo que siempre esperé hacer”, ha indicado con respecto a estos nuevos desafíos, “quizás también se deba a mi edad. Podría nombrar un millón de ejemplos de actores que se han vuelto más interesantes a medida que envejecen. No se puede ser ingenuo para siempre, ¿no?”.