Hovik Keuchkerian, el actor con más vidas que quemaduras
Sintetizar la vida del actor resulta todo reto teniendo en cuenta que ha sido boxeador, cómico, escribe libros y poemas, y sus papeles le han convertido en uno de los intérpretes más prolíficos de los últimos años, siendo uno de los nominados en la última edición de los Goya.
Hovik Keuchkerian se ha ganado a pulso cada triunfo en sus múltiples facetas. Con 51 años, el actor ha vivido más experiencias que muchos volviendo a nacer en diez ocasiones.
Apenas una década después de su primer papel en la serie Hispania entre 2010 y 2012, sus interpretaciones memorables se suceden una tras otra en la piel de Bogotá en La casa de papel, el agente Osorio en Antiditurbios o Andreas en Un amor, un trabajo por el que fue nominado por primera vez en los premios Goya en la categoría de Mejor actor. “Me gustaría que me lo dieran, pero creo que no me lo van a dar”, reconocía en una entrevista respecto al galardón que finalmente se llevó David Verdaguer.
Su último proyecto ha sido encargar a Jon Gutierrez, el policía nacional vasco de la adaptación de Reina roja, la obra de Juan Gómez Jurado, que estará disponible en Amazon Prime Video.
Un papel para el que ha experimentado “dos años de sanación”, como confesaba en una entrevista en El Correo, pues Keuchkerian tuvo que engordar 41 kilos en tres meses para el rodaje de El Hoyo 2. “Se acabó coger kilos a propósito”, sentenciaba el actor recordando el proceso.
Primeros pasos en el escenario
El desembarco de Hovik Keuchkerian vino de la mano del ilusionista Jorge Blass, quien rememoraba en 2014 en El Periódico cómo le animó a pisar las tablas. “¿Por qué no te subes mañana al escenario conmigo y cuentas lo mismo que ayer nos contaste en la cena cuando todos acabamos tirados por el suelo de la risa?”, describía el mago
“Me enamoré del escenario, de hacer reír”, declaraba el actor en 2018. No es de extrañar, pues su monólogo Cocretas, que grabó para Paramount Comedy, supuso el punto de partida de una carrera que ha generado tantas risas, como lágrimas y tensiones.
Entre guantes y plumas
La faceta del Keuchkerian actor viene precedida de su dedicación al boxeo, deporte en el que compitió desde los 26 hasta los 32 años siendo Campeón de España de pesos pesados en 2033 y 2004.
Una carrera corta e intensa a la que puso fin tras ser vencido por Thierry Guezouli, única derrota de su palmarés (15-1), de quien ha llegado a declarar que es el hombre que más le ha enseñado, junto a su padre.
Ya fuera del ring, Hovik dedicó su tiempo a la escritura, creando tres libros: el poemario clásico Cartas desde el Palmar (2005); Lokura, un ensayo en prosa (2008); y Diarios y desvaríos, una compilación de relatos breves de experiencias propias (2012).
Con un carácter aún más artístico, el actor publicó en 2014 Resiliente, un poemario musicado y producido por Yuri Méndez.
Su relación con el alcohol
Keuchkerian no ha tenido reparos en compartir su experiencia con el alcohol tras dejar su etapa como deportista. “Empecé a beber entonces con 32 años. A fumar con 35. Hasta entonces mi vida era sanísima. Yo me lo pasaba de puta madre con mis colegas tomando un Cacaolat por la noche. No tenía ese problema de beber. Eso fue después”, contó en el diario El Mundo.
Un hábito al que puso fin al terminar el rodaje de la quinta temporada de La casa de papel el 10 de mayo de 2021. “Tronco, no puedes estar cinco minutos resoplando para irte a poner un huevo y luego ducharte como si tuvieras 75 años", recordó Keuchkerian sobre cómo se veía a sí mismo cuando bebía una botella de tequila todos los días hasta que dijo basta.
Una forma curiosa de recordar
El actor también ha contado cuál es su método para recordar momentos intensos de su vida. “Cuando pasa algo potente, me quemo. Cojo algo metálico y me marco para no olvidar”, explicaba en la misma entrevista. “La gente se tatúa, yo me quemo… (...) Es una forma de inspiración, poner una parte de ti en lo que ha pasado, tanto si es bueno como si es malo”.
Sus orígenes
Su impecable castellano suscita aún más dudas sobre su curioso nombre. La respuesta está el origen armenio de su padre, determinante a la hora de establecer ciertos límites con Isabel Coixet a la hora de interpretar el papel que le ha valido la nominación al Goya.
Tal y como detalló en una entrevista en el programa Atención Obras, él jamás podría interpretar un personaje turco, nacionalidad del personaje al que da vida en la novela en la que se basa el libro, porque su padre “se puede levantar de la tumba”. El motivo es el genocidio armenio perpetrado por Turquía a principios del siglo XX, un conflicto que aún resuena en la memoria del país caucásico.
Su madre, nacida en Navarra, dio a luz al actor en Beirut, capital del Líbano y lugar del que huyeron cuando Hovik apenas tenía tres años a causa del estallido de la guerra. Tras el viaje, la familia se asentó entre la localidad madrileña de Alpedrete y el barrio de Hortaleza.