José Sacristán, de cerca: su edad, la condición psicológica que sufre, cuántos años lleva con su mujer y sus hijos
José Sacristán comenzó a trabajar como actor en los 60 y seis décadas después continúa al pie del cañón. Una exitosa carrera que se ve reflejada con sus dos premios Goya y el cariño de todos sus fans.
El cine español debe su potencial a actores y actrices que dieron a conocer el talento de nuestro país por todo el mundo durante el S. XX, como ha hecho José Sacristán.
José María Sacristán Turiégano nació en Chinchón (Madrid) en 1937 y descubrió que quería dedicarse a la interpretación cumpliendo el servicio militar en Melilla. Fue entonces cuando dejó su trabajo en el taller mecánico de su padre, donde ejercía mecánico tornero, para volcarse en su vocación.
Sus inicios fueron en el teatro, concretamente en el Teatro Infanta Isabel de Madrid, donde actuó como aficionado hasta 1960, que debutó profesionalmente con Los ojos que vieron a la muerte. Desde 1965, José compagina el teatro con el cine.
La figura de José Sacristán ganó una gran notoriedad durante la Transición española, con películas como Un hombre llamado Flor de Otoño o Asignatura pendiente donde profundizó en otros registro más allá de la comedia de las películas de sus inicios. En los últimos años, lo hemos podido ver en films como 13 exorcismos o las series Velvet o Alta mar.
Los dos premios Goya de José Sacristán
El actor de 86 años ha recibido en varias ocasiones reconocimiento por su trabajo, como el Goya a Mejor interpretación masculina protagonista por la película El muerto y ser feliz (2012). En 2022, la Academia le entregó la estatuilla Premio Goya de Honor.
De hecho, en la ceremonia dio un emotivo discurso dedicado a sus seres más cercanos que sacó algunas lágrimas a los presentes. Tras recordar a su pueblo y a su gente, Sacristán se dirigió a su padre Venancio para decirle que los años no se estaban dando mal. "A la Nati [su madre] le diría que John Steinbeck se inspiró en ti para escribir Las uvas de la ira", y continuó mencionando a su hermana: "Le preguntaría, Teresa, ¿cómo hiciste para tanta ternura en tus apenas 46 años?"
"Agradezco a mis hijos que me dejaran repetir las tomas que, como padre, no pude o no supe ir a la marca, aunque creo humildemente que el papel siempre me lo he sabido. Y a Amparo, que esté, que estemos, porque sin ella, sin su amor y su cuidado no me quedaría otra que echar el hato", ha concluido, finalizando con su círculo más cercano y presente.
También tiene dos Conchas de plata del Festival de San Sebastián, tres premios Sant Jordi de cine, tres premios Feroz y dos Cóndor de plata, entre muchos otros reconocimientos.
Sus tres matrimonios y tres hijos
José Sacristán se casó con el amor de su adolescencia, Isabel Medel, con quien tuvo dos hijos: José Antonio, que vino al mundo en 1961, e Isabel, que nació un año más tarde. Tras el divorcio de la pareja, uno de los romances más sonados fue con la periodista Mila Ximénez, a finales de los años 80, cuando ella ya había roto con el tenista Manolo Santana, aunque parece ser que lo suyo no se extendió mucho en el tiempo.
Más tarde el actor rehizo su vida junto a la francesa Liliane Meric, con quien rodó en 1975, la película Lo verde empieza en los Pirineos. Con ella también se casó y tuvo a su tercera y última hija, Arnelle, que nació en 1978.
El intérprete actualmente está unido a Amparo Pascual, con quien tiene pensado vivir su jubilación tras una exitosa carrera. La pareja comenzó su relación en el año 1995, aunque no sellaron su matrimonio hasta 2008, cuando se casaron en la ciudad argentina de Buenos Aires, lejos de la prensa española.
Qué condición psicológica sufre José Sacristán
José Sacristán sufre labilidad emocional, una condición psicológica que hace que tenga cambios de humor repentinos y exagerados frente al estímulo que los provoca. "Me provocaba problemas capilares, oftalmológicos, dermatológicos… Yo me he llegado a desmayar viendo una película: Las mil y una noches", contó en 2021.
La labilidad emocional provoca ataques de risa o llantos repentinos, de forma muy exagerada frente al estímulo que los provoca. Esto significa que la persona que lo padece puede llorar de risa descontroladamente por una broma o chiste que a penas tiene gracia, o llorar desconsoladamente por algo que no es tan trágico.
Una persona que sufre labilidad emocional experimenta las emociones con normalidad, pero en ocasiones las expresa de forma descontrolada y exagerada, lo que puede afectar a la vida cotidiana. En el caso de José Sacristán, ha explicado que incluso se desmayó viendo una escena de una película: "Me desmayé viendo Las mil y una noches. Cuando torturaban a Turhan Bey, en una rueda le daban, ahí me quedé tieso".
Si no se diagnostica correctamente, en muchos casos la labilidad emocional puede confundirse con trastornos del estado de ánimo o depresión.
Al implicar llanto, se puede pensar que la persona que padece labilidad emocional está sufriendo una depresión. Sin embargo, los periodos de llanto y tristeza en la labilidad emocional son cortos, mientras que en la depresión son continuados. Aunque también hay que añadir que muchas personas que tienen depresión sufren también labilidad emocional.