"También existimos y también follamos": la aplaudida reivindicación de Telmo Irureta en los Goya 2023
Telmo Irureta ha levantado el premio Goya 2023 a Mejor actor revelación por la película La consagración de la primavera. El intérprete de 34 años ha aprovechado el momento de subir al escenario para reivindicar los derechos de las personas con discapacidad. Su discurso ha sido uno de los más aplaudidos de la ceremonia.
Telmo Irureta ha levantado el premio Goya 2023 a Mejor actor revelación por la película La consagración de la primavera.
El intérprete de 34 años recogió el premio de la mano de su tía, la actriz Elena Irueta, y aprovechó el momento del discurso para reivindicar los derechos de las personas con discapacidad Su discurso ha sido uno de los más aplaudidos de la ceremonia.
"Gracias a David, que es mi personaje porque es un guiño al derecho a la sexualidad de las personas con discapacidad. Porque nosotros también existimos y nosotros también follamos. Brindemos por un cine más inclusivo y con cuerpos de todo tipo", dijo el actor antes de abandonar el escenario y recibiendo una sonora ovación del público.
Quién es Telmo Irueta
Telmo Irureta es un actor vasco de 34 años que sufre parálisis cerebral desde los dos años. Se la provocó una encefalitis, dejándolo en la misma posición desde entonces. Eso no le ha impedido luchar por conseguir su sueño.
"Siempre quise ser actor. De hecho, soy actor. También he estudiado Magisterio y Pedagogía, pero tengo claro lo que me gusta y a lo que quiero dedicarme", contó el joven en una entrevista enEl Mundo.
Para el intérprete, que concedió la entrevista durante una mañana en que no fue a clase en la facultad de Psicología, porque también estudia psicología, su futuro está en la interpretación pese a las dificultades que esto supone. "Tengo claro lo que significa querer dedicarse a una profesión en la que unas veces trabajas, otras no y otras tampoco. Es decir, cuantas más cosas sepa hacer, mejor", aseguró en la charla.
Su objetivo es ser actor y que se le considere como tal. "Tengo muy claro qué soy y quién soy. Y por ello me niego a ser considerado una víctima. Odio el victimismo que, además de tremendamente aburrido, es sobre todo muy tóxico".