Los tres errores científicos en Star Wars que echan por tierra las películas originales de la saga
A pesar de que la saga Star Wars ha marcado un antes y un después en el cine de ciencia-ficción, sus primeras películas tienen tres errores científicos que echan por tierra el universo de George Lucas tal como lo conocemos.
Te interesa
- El libro de Boba Fett, Obi-Wan Kenoby, Ahsoka: repaso a la cronología de películas y spin-offs de Star Wars
- Star Wars, El Ascenso de Skywalker: El easter egg de Leia que emocionó a los fans
- 'Juego de Tronos', ¿la nueva Star Wars? La serie da el salto a la animación en busca de convertirse en otra lucrativa franquicia
El cuatro de mayo se celebra el día internacional de Star Wars. Millones de personas alrededor de todo el mundo festejan el legado que George Lucas comenzó hace más de cuatro décadas y que hoy en día sigue más vivo que nunca debido a la expansión de su universo con nuevas películas, series y proyectos de animación.
Las películas originales – la primera estrenada en el año 1977 – seguirán siendo las más especiales para cualquier fanático de la saga de ciencia ficción. No obstante, fueron estas las que con Luke Skywalker, Darth Vader, Leia Organa y Han Solo, marcaron el inicio de la que es la mayor franquicia de la historia.
La visión de George Lucas de lo que podía ser el cine de ciencia ficción el que además trajo a la industria nuevas formas y posibilidades jamás desarrolladas en producción que acabaron desembocando en la mayor productora de efectos especiales de la historia: Lucasfilm
Sin embargo, no todo en las películas de Star Wars irradia epicidad. De hecho, la falta de rigor científico en muchas de las escenas de sus tres primeras películas y por consiguiente del posterior universo creado a partir de ellas, es quizá el único hecho reprochable de estos clásicos del cine.
Por ello y para conmemorar el día internacional de Star Wars, hacemos un repaso por los tres errores más significativos de las películas de la Guerra de las Galaxias que echan por la borda muchos de los mejores momentos de la saga por carecer de base científica que los sostenga.
El ruido en el espacio
Si hay algo que sea épico de las películas de Star Wars es el sonido que las naves espaciales como los Caza Estelares o El Halcón Milenario realizan cuando van a dar un salto al hiperespacio a la velocidad de la luz.
Sin embargo, según ha podido demostrar la ciencia, ese ruido tan característico es imposible de escuchar. El sonido es incapaz de propagarse por el vacío del espacio por lo que, de ser posible realizar un salto a la velocidad de la luz, lo único que podríamos escuchar al realizarlo sería el vacío y sepulcral silencio del universo.
La gravedad
Otro de los errores científicos que se pueden observar a lo largo de las películas es la falta de rigor que existe en torno a la gravedad que poseen los planetas.
En el mundo espacial creado por George Lucas, cualquier planeta posee la misma fuerza de la gravedad. Algo científicamente imposible, ya que esta depende de factores como la masa, por lo que para que todos tuvieran la misma fuerza de la gravedad, deberían tener el mismo tamaño.
Las espadas y las armas láser
Por último, otro de los hechos científicos que ocurren en las películas y que serían imposibles en la vida real tiene que ver con los rayos láser de las armas que se utilizan en las películas.
Para empezar, las míticas espadas láser en la vida real no podrían existir. La luz se atraviesa a sí misma, por lo que no podrían chocar unas espadas con otras y además, la luz carece de sonido. De poder existir, existirían siendo muy poco visibles al ojo humano. La luz solo puede ser vista en ambientes en los que existe polvo por lo que tampoco tendrían los característicos colores que les otorgan sus cristales kyber.
De la misma forma ocurriría con las armas de fuego láser conocidas como bláster. En la vida real sí que existen y de hecho, se utilizan en equipos milites especializados. Sin embargo, no tienen la misma potencia de fuego que en las películas además de que –al igual que con las espadas láser– su "bala" no es visible al ojo humano.