Localizan a la mujer que derramó ácido en un autobús provocando quemaduras a dos jóvenes
La mujer ha reconocido que llevaba desatascador industrial en una botella de plástico que al parecer resulto corroída por el ácido de tal forma que el líquido se derramó en el asiento, pero aseguró que de forma involuntaria y que no se había enterado de las consecuencias. Se momento se encuentra en libertad, en situación de investigada por supuestas lesiones por imprudencia.
La Guardia Civil ha localizado a la mujer de unos 50 años a la que investiga por supuestas lesiones por imprudencia al derramar desatascador industrial en un asiento de un autobús de la línea Algete-Madrid, que provocó quemaduras a un menor de 17 años y una joven de 18 en los genitales. Los agentes examinaron las cámaras de seguridad de la empresa de transporte de esos días y vieron a una mujer manipular una bolsa en el asiento, según Efe citando fuentes de la Guardia Civil.
La mujer se encuentra en libertad, en situación de investigada, por supuestas lesiones por imprudencia y a disposición de lo que determine en su momento el Juzgado que se encargue del asunto. Las investigaciones comenzaron a raíz de las denuncias formuladas los pasados días 11 y 12 por un menor y una mujer que sufrieron quemaduras de las que tuvieron que ser intervenidos en un centro hospitalario al sentarse en el asiento.
Cuando la mujer, que suele viajar en este autobús, fue localizada reconoció que llevaba desatascador industrial en una botella de plástico que al parecer resulto corroída por el ácido de tal forma que el líquido se derramó en el asiento, pero aseguró que de forma involuntaria y que no se había enterado de las consecuencias, por lo que se encuentra muy deprimida por lo ocurrido.
Según relataba la madre de la joven afectada a El HuffPost, su hija iba a la universidad y buscó un lugar en el que sentarse en el autobús, pero "apenas llegó a rozar el asiento", porque le pareció que estaba "empapado de agua" y se cambió de sitio, pero en seguida comenzó a sentir que se quemaba. El líquido traspasó la cazadora, los pantalones, la ropa interior y hasta las botas de la joven, que tuvo que ser intervenida por quemaduras graves en los genitales.