Monserrat Calleja, física y experta en bionanomecánica: "Para hacer ciencia hay que ser creativo"
Un anunció en el tablón de la universidad terminó por abrirle los ojos a Monserrat Calleja, física y experta en bionanomecánica. Se ofrecía hacer una tesis en nanotecnología y le fascinó la idea de adentrarse en este mundo nuevo que hoy está presente en todos los aspectos de nuestra vida. Consciente de que todavía muy pocas mujeres se suben a este carro, aprovecha Buscando vocaciones para animarlas a las jóvenes a no cerrar esta puerta.
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Hubo dos personas que marcaron el futuro laboral de Montserrat Calleja. La física y experta en bionanomecánica reconoce en Buscando vocaciones, el proyecto de la Universidad Europea y Atresmedia radio para ayudar a los jóvenes a decidir sobre su futuro laboral, que era una chica "obsesionada con el cosmos" a la que le encantaba la ciencia.
"Mi aventura científica empezó con una charla en el planetario de A Coruña. Fui a ver qué era y fue algo personal. Daba la impresión de que estabas hablando tú a tú con este eminente científico que estaba presentando su charla. Transmitía pasión por conocer cosas más allá de lo que conocemos. Ya me gustaba la física y las matemáticas gracias a una profesor de física y matemáticas que tenía pasión por enseñar. Gracias a estas dos personas me interesé por la carrera de Física", cuenta la experta, que tras licenciarse decidió hacer una tesina, aunque todo cambió cuando se topó con un anuncio en el tablón de la facultad.
"Ofrecía hacer una tesis en nanotecnología. Ma fascinó aquello", continúa Calleja, que se presentó a la entrevista en Madrid y la pasó. "Ahí empezó mi carrera en nanotecnología".
Un mundo nuevo que sigue teniendo mucho futuro
"Cuando yo empecé mi tesis la nanotecnología era un mundo nuevo y apasionante", explica la científica, que señala que hoy "la nanotecnologíaya forma parte de nuestras vidas". Nuestro teléfono móvil está lleno de dispositivos en la escala nanométrica que hay permitido que sean miniordenadores potentísimos. La nanotecnología ha permitido que un ordenador gane por primera vez a un ser humano", añade muy consciente de que sigue siendo un mundo de hombres.
Ella misma lo vivió cuando se fue a Japón durante tres meses y uno de sus profesores se sorprendió al toparse con una mujer. "No éramos muchas chicas, un 20 o 30%, ahora no ha variado mucho", sigue Calleja, que anima a las jóvenes estudiantes a "que no se cierren esta puerta" a este mundo.
"La carrera científica, la física y las matemáticas, son apasionantes", apunta para luego recordar que a veces se nos olvida que "para hacer ciencia hay que ser creativo". "Además de tener pensamiento lógico, de trabajar mucho y de picar mucha piedra", reconoce.
"Necesitamos talento"
Montserrat Calleja quiere desterrar la idea de que el científico es una persona cuadriculada, perfeccionista y asceta y anima a que nadie se cierre la puerta de la ciencia. "Necesitamos ese talento y yo percibo a veces esa falta de vocaciones científicas", apunta.
Para animar a esos jóvenes estudiantes recuerda a Paul Romer, que ganó el premio Nobel de economía en 2018 por un modelo que predice que el crecimiento de un país es proporcional a su inversión en I+D.
"Invertir en ciencia es invertir en nuestra felicidad futura y también invertir en la posibilidad de que vivamos cada vez mejor y más en armonía (...) Y para que esa inversión sea útil son necesarias personas con talento que puedan transformarla en nuevas ideas, nuevos productos, nuevas soluciones", añade. "Lo más importante en todo esto es la motivación de las nuevas generaciones para dedicarse a un trabajo tan bonito como es la ciencia".