Fantasmas del pasado
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Era un sábado noche como otro cualquiera para las guapísimas y divinas Laura y Sara, unas famosas locutoras del programa de radio más escuchado del país.
Tras una noche de fiesta y desenfreno, agotadas y exhaustas decidieron tomarse un descanso y buscaron por las calles de Madrid un sitio donde poder tomarse la última consumición.
Fruto de la borrachera que llevaban, se adentraron por una callejuela extraña y oscura, hasta ese momento desconocida para las bellas e intrépidas jóvenes.
De repente, se encontraron a las puertas de lo que parecía un bar más bien de los años 80 dada su temática decoración.
- Venga va cari, ¿tomamos la última aquí?- dijo la rubísima Laura.
- Va ¿por qué no?- le respondió la morenaza Sara.
Entraron y se extrañaron, pues, a pesar de que era un sábado noche en Madrid, aquel bar, con poca iluminación, estaba completamente vacío.
- ¡Uy Sarita! ¡No me gusta! ¿Por qué no nos vamos a otro sitio?- dijo Laura temblorosa y poco confiada.
- ¡Estos tacones me están matando Lau! – suplicó Sara y prosiguió -Tranquila, que no te va a pasar nada, si nos toca los cojones alguien… ¡¡¡Le reviento la cabeza!!!
Se acercaron a la barra, y vieron al barman de espaldas viendo la televisión.
“Cateto” pensó Laura y ambas se extrañaron al ver que la televisión, estaba en blanco y negro. Lo que no sabían era que su idea sobre aquel misterioso barman en penumbra, estaba a punto de cambiar.
- ¡¡Camarero!! ¡¡Un par de Cubatas bien cargados!!- gritó Sara, tras la aclamación de la periodista, el hombre se da la vuelta...
-Hola guapas, me llamo Josep- les respondió.
Las chicas se quedaron boquiabiertas, era alto, guapo, cara y sonrisa de seductor, y una voz excitante como la de los cantantes italianos.
- ¿Un par de cubatas verdad chicas?- dijo Josep.
Tras asentir con sonrisa pícara, las guapas locutoras miraron embobadas el trasero del chulazo mientras cogía las copas.
Durante varios minutos el camarero y las chicas no pararon de tontear. Cuando ya estaban a punto de irse, mientras Laura buscaba en su cartera el dinero justo para pagar entre tantos billetes de 500 euros, Sara invitó a Josep a pasar la noche en su casa, Laura hizo lo mismo y ambas empezaron a discutir por el camarero.
-¡Chicas, chicas, no tenéis por qué discutir! Nos lo podemos pasar bien los tres.
Producto de la borrachera y el calentón que llevaban, accedieron y los tres se fueron a casa de Laura.
-¡Qué pollón!- fue lo primero que dijo la rubia.
A la mañana siguiente, se despertó una de ellas, y mirándose al espejo, Laura se percató de dos cosas, la primera, que estaba igual de bella y radiante que la noche anterior y la segunda, que el atractivo camarero Josep, no estaba allí.
Despertó a Sara, y ésta estaba un poco dolorida...
-¡¡Noooooo!! ¡Me duele el culo Laura! ¡Me duele el culo!- dijo gritando a su amiga.
-Y ¿qué pasa? –preguntó Laura asustada.
-¿No habré hecho sexo anal?
Laura se acordaba perfectamente pero no se lo dijo.
Sara, furiosa y dolorida, buscó al camarero Josep por todo el piso, un ático duplex de lujo, pero no le encontraron.
Volvieron, ya despejadas, al bar donde la noche anterior le habían conocido. La sorpresa se la llevaron al descubrir que donde estaba el día anterior el misterioso bar había una explanada de hierba.
Asustadas intentaron recordar bien pero no había duda, todo había ocurrido en aquel lugar.
- ¡No puede ser... anoche.... aquí....es aqui Sara!- se extrañó Laura.
Las dos amigas entraron en un negocio cercano, un “sex shop”, en un intento por entender que estaba pasando.
Su dueña, una joven sexy, y con unos ojos que parecían ser robados del mismísimo cielo les recibió.
-Hola soy Puchi, ¿en qué puedo ayudaros?
Sara y Laura le preguntan por aquel lugar, que estaba justo en frente.
-Ahí no hay nada. - les dijo extrañada- Nunca ha habido nada ahí, sólo un viejo bar que se incendió hace 23 años. Era de mi padre, que murió en el incendio.
-¡Ay amor, cariño, tesoro, vida, lo sentimos mucho!- dijo Laura
-Sí bueno, no llegue a conocerle- dijo Puchi- murió 9 meses antes de nacer yo. Por los pelos jeje- bromeó.
-¡Ay amor, tesoro, cariño, amore tu madre lo pasaría muy mal...! - preguntó Laura.
- Pues no lo sé- le respondió- nunca conocí a mi madre, la noche que me tuvo, bueno...
-¿Qué? ¿Qué pasó?- preguntó Sara sacando su vena periodística.
-Pues, mi padre estuvo con dos chicas esa noche, y como mi madre me abandonó....pues no sé quién es......
Laura y Sara se quedaron heladas al escuchar esas palabras... Sara se lanzó asustada y temblando y le preguntó:
-¿Cómo se llamaba tu padre?
-Josep.