RELATO DE CRISTINA PEDROSA

Traición

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Europa FM

Europafm.com29/01/2014 20:48

Josep miraba por la ventana aquella fría mañana, tenía la mirada fija, no reaccionaba, pero enseguida cogió el móvil y rebuscó entre sus contactos, sus dedos se pararon en un número, el de Laura.

Inmediatamente llamó. Un tono, dos tonos, tres tonos...

- Vamos Laura, cógelo. - murmuraba Josep preocupado. 4 tonos, 5 tonos...

- ¿Josep? - contestó Laura al otro lado del teléfono.

-Gracias a Dios, Laura, pensaba que ya te había hecho algo. - dijo Josep más relajado, pero pronto dejaría de estarlo.

- Todo está bien. Todo... menos Sara.- La voz de Laura fue directa, hubo un silencio que duró varios segundos, pero para ambos se hicieron interminables.

- No me digas que... - Josep no se atrevía a continuar la frase, sólo con pensarla se le ponía la piel de gallina y se le empañaban los ojos. Volvió el silencio, pero Laura lo interrumpió.

- No pude hacer nada para evitarlo.

Josep colgó mientras miraba fijamente por la ventana, se giró lentamente y ¡PUM! estrelló el móvil contra el suelo mientras gritaba con dolor y angustia:

- ¡¡Maldito sea el día en que confié en ella!!

La rabia que tenía Josep en ese momento se transformó enseguida en tristeza. Tristeza que, tras unos instantes, se vio acompañada de lágrimas.

Tras un rato se secó las lágrimas. Tenía que vengar la muerte de Sara, pero... ¿cómo? No lo sabía, su mente estaba bloqueada.

Su compañera, su amiga, había sido asesinada por la persona de la que menos se podía esperar: Puchi.

Josep se levantó y salió a la calle, pensó que tomando un poco de aire fresco le vendría a la cabeza algún plan para acabar con todo esto y evitar más muertes. Pero la imagen de Sara recorría su cabeza en todo momento.

-¡Lo tengo! - gritó Josep en medio de la calle, todos le miraban, pero eso le daba igual, tenía que darse prisa e ir al apartamento de Laura antes que Puchi y contarle el plan. Estaba convencido de que sería el plan perfecto.

Corría por la calle lo más rápido que podía, sin mirar por dónde iba, con quién se chocaba o si algún coche estaba a punto de atropellarle, finalmente llegó.

- ¡Laura abre! ¡Laura, porfavor, ábreme! ¿Estás ahí? - Josep aporreaba la puerta lo más fuerte que podía, pero Laura no respondía, cada segundo que pasaba era un segundo que perdía él y ganaba Puchi.

Su corazón iba más y más fuerte. De pronto se abrió la puerta. Laura estaba en albornoz.

-Lo siento divino, estaba en la ducha.

Josep entró sin decir palabra, mientras avanzaba por el pasillo decía:

- Ya sé como pararle los pies a Puchi...

Se giró y... "oh no"...    Los ojos de Josep se quedaron como platos, jamás se lo podría haber imaginado. Sentía que su cerebro se paraba en seco, no sabía qué decir ni qué hacer, sólo miraba aquella escena: Laura apuntando con una pistola a Josep y a su lado Puchi sonriendo.

- Lo siento Josep - dijo Laura. - tú te lo has buscado.

Josep ahogó un grito causado por el dolor, la rabia y la impotencia, que fue cesado por la muerte.