Mario Vaquerizo: "Ver a Carolina de Mónaco bailar las canciones de las Nancys Rubias fue haber muerto y estar en el paraíso"
Mario Vaquerizo ha venido este viernes a Tómatelo menos en serio para ayudar a Chenoaa echar el cierre de la temporada. Nos vamos de vacaciones pero antes hemos hablado con el vocalista de las Nancys Rubias de su nuevo disco, Orquesta Nancy, y hemos disfrutado de una charla sobre noches legendarias.
Mario Vaquerizo está de estreno. Las Nancys Rubias acaba de lanzar el disco Orquesta Nancyy se lo ha venido a presentar a su amiga Chenoaen el último programa de la temporada de Tómatelo menos en serio.
"Hemos decidido ser orquesta", ha contado sobre este nuevo trabajo que incluye versiones de canciones de artistas muy conocidos. "Reivindicamos la figura que cumplen las orquestas de verbenas, de hoteles o de pueblo que a entretener al publico", le ha explicado a Chenoa, que empezó su carrera participando de estos shows porque sus padres son músicos.
El disco de las Nancys Rubias surgió de la improvisación: "No nos apetecía sacar ningún disco porque formamos parte de la industria pero nadie nos toma en cuenta. Lo que pasa es que, como somos profesionales, empezamos a hacer versiones".
A esto han dedicado los últimos cinco años y de ahí salieron 12 versiones.
"Nos gusta ser dueños de nuestros proyectos. Más allá de que te lo reconozca alguien o no, el reconocimiento empieza en uno mismo", ha añadido sobre la filosofía de las Nancys. Vamos a cumplir 20 años y esa actitud lúdica, de no tomárnoslo tan en serio no se acaba".
Orquesta Nancys incluye temas como Causa y efecto de Paulina Rubio o Me duele el corazón, de Laventa. Mario reconoce que no se atreve a versionar un tema de Chenoa, pero ¿por qué no una colaboración? ¡Queda firmado!
La noche más legendaria de Mario Vaquerizo
La visita del cantante ha dado también para hablar de noches legendarias y, sin duda, la más legendaria fue la que vivió en el Baile de la Rosa de Mónaco.
"Ver a Carolina de Mónaco bailar las canciones de las Nancys Rubias fue como haberte muerto y estar en el paraíso", ha dicho sobre las sensaciones que experimentó en la gala dedicada a la Movida Madrileña.
Fue Pedro Almodóvarquien lo invitó. "Una noche me dijo: 'Mario, tenemos que ir al Baile de la Rosa', y yo. como no oigo bien, le entendí 'Tenemos que ir a Ana Rosa'. ¡Pero si Ana Rosa es mi jefe y colaboro todos los días!", ha contado sobre la conversación absurda que tuvo con el director manchego. "No, al Baile de la Rosa, que está dedicado a la Movida Madrileña. Yo soy el rey de la Movida madrileña y tu mujer es la reina, entonces tiene un marido que eres tú y yo tengo una mujer que es Bibiana Fernández".
De la gala de 2008 recuerda la actuación y también de la cena previa. "Al ser imagen, teníamos que estar sentados y a mí me tocó al lado de Ernesto de Hannover. Él hablaba mi mismo lengua", ha explicado aludiendo al idioma de la fiesta. "Yo no quería vino caro, yo quería cerveza y Ernesto, que es un señor que se salta el protocolo pero con mucha educación, me puso un barril de cervezas abajo de la mesa".
Su paso por el Baile de la Rosa no terminó ahí. Mario Vaquerizo actuó con tacones —"si no actúas con tacones no eres nadie"— y acabó torciéndose el pie. "Tuvo que venir el cuerpo de bomberos de Mónaco a atenderme el tobillo. Yo no quería".
Su otra noche legendaria con Alaska
Mario Vaquerizo también ha recordado otra noche legendaria, la más actual. "Fue hace una semana celebrando mi aniversario con mi mujer", le ha contado a Chenoa, y ha añadido: "Las cosas bonitas hay que contarlas siempre. Son momentos de autorreafirmación, de saber que después de 24 años la chica que te gustaba es la chica que te sigue gustando más del mundo".
"Es ir con tu chica, desconectar, resetearse y luego tener la seguridad de que como en casa con la chica que quieres no se está en ningún sitio.", ha añadido el cantante, que ama viajar y ama viajar en compañía.
Para Mario Vaquerizo, que no se calla ni debajo del agua, viajar solo tiene que ser muy aburrido. A él le gusta hablar y, por eso, recuerda que el día que tuvo que viajar en el vagón del silencio fue un suplicio. ¡Y lo peor es que iba con Bibiana Fernández"
"Entendí que estaba en el vagón del silencio y no había que hablar, pero lo que no entendí fue a la hija de la gran puta de mi amiga que me sacó el billete en el vagón del silencio".