Angelina Jolie llora al recibir una ovación de ocho minutos en el Festival de Cine de Venecia

Angelina Jolie se ha transformado en la diva griega María Callas en la última película de Pablo Larraín, María. Todavía es pronto, pero este podría ser el papel que devuelva a Angelina Jolie la estima de la crítica que hace un tiempo se difuminó.

Así se deduce tras la tremendísima ovación que la actriz ha recibido tras la proyección del film en el Festival de Venecia, donde el público vitoreó a la actriz durante más de ocho minutos. Este tremebundo elogio inundó el rostro de Jolie en lágrimas, ya que se trata de la primera señal para ser candidata al Oscar.

Emocionada, la actriz se apoyaba en Larraín, que la ha elegido para sumergirse en un ambicioso proyecto más allá de los blockbusters de los últimos años, como Maléfica (2014) o Eternals (2021).

Un personaje con el que podría acariciar su tercera estatuilla en los galardones más importantes del cine. Los dos primeros oros los consiguió gracias a Inocencia Iterrumpida (2000) y El intercambio (2009).

El rodaje duró ocho semanas y tuvo lugar entre París, Milán, Budapest y Grecia. Este retrato de Larraín sobre la soprano está centrado en sus últimos momentos de la soprano en la capital francesa antes de su muerte en 1977. Con este film, el director cierra el triángulo cinematográfico de biografías femeninas que el cineasta chileno comenzó con Jackie y Spencer.

Es curioso que la primera dama estadounidense y la cantante lírica estuvieron unidas por el mismo hombre. Callas estuvo casada con el empresario Aristóteles Onassis en un obsesivo y tágico matrimonio que incluyó drogas, violencia sexual y dependencia. Se terminó en el año 1959.

Casi diez años después, en octubre del 68, el magnate naviero y la viuda de América -sociedad que rechazaba la relación- se dieron el 'sí, quiero' en una isla privada.